0 of 5
Snapchat es una de las aplicaciones más famosas entre los jóvenes, principalmente adolescentes.
PUBLICIDAD
Sus filtros y videos marcan tendencia y muchas otras aplicaciones han comenzado a lanzar funciones similares para aminorar el impacto que la red social del fantasmita está teniendo en su número de usuarios activos.
Además, muchos jóvenes emigraron a Snapchat desde redes como Twitter y Facebook, principalmente. Una de las razones es que sus padres, tíos y hasta abuelos comenzaron a abrir cuentas y añadirlos, lo que para muchos significó una «invasión» a su espacio personal.
Según un estudio publicado en Estados Unidos por «OnLineEducation«, para el 2012, al menos el 72% de las mamás tenían cuentas de Facebook.
43% de estas confesaron revisar diariamente los perfiles de sus hijos, 31% dijeron que lo hacen al menos 4 o 5 veces por semana, 14% aseguraron que sólo «en ocasiones» y el 11% dijo que una vez al mes.
Sólo el 1% aseguró no hacerlo nunca.
En 2013, Mark Zuckerberg declaró «Coolness is done for us» -en español «Lo de ser geniales se acabó para nosotros»-; dando paso así a la nueva era de Facebook: la seriedad de una red con usuarios de todas las edades.
PUBLICIDAD
Ahora sucede lo mismo con Snapchat
Según un estudio de «ComScore» el número de adultos está aumentando radicalmente en esta red social. Hace apenas 3 años, en el 2013, sólo el 2% de los usuarios era mayor de 35 años.
Actualmente, esta cifra se elevó a 14% y continúa con un rápido aumento.
Por su parte, los adultos jóvenes de 25 a 34 años son ya un 38% del total de usuarios.
¿Qué sucederá con todos los jóvenes que publican «snaps» de manera religiosa en esta red social cuando sus padres los sigan?
Es muy probable que encuentren otro lugar en donde desahogarse sin la supervisión de adultos, una historia que ya hemos visto antes.
Sin embargo, ¿quién puede culpar a los padres? Nadie puede resistirse a los filtros de perrito o coronas de flores, y una de las ventajas de las redes sociales es que están abiertas para todo el mundo.