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Fiestas de San Fermín: ¿Tradición o tortura?

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Las Fiestas de San Fermín son una celebración en honor a San Fermín de Amiens que tiene lugar todos los años en la ciudad española de Pamplona del 6 al 14 de julio. Los festejos comienzan con el lanzamiento del chupinazo (el cohete que marca el inicio de las fiestas) desde el balcón del Ayuntamiento de la ciudad.

Una de las actividades más famosas de los sanfermines es el encierro, que consiste en un recorrido de 849 metros delante de los toros y que culmina en la plaza de toros.

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Popularizada por la novela de Ernest Hemingway “The Sun also Rises” (1926), la fiesta de San Fermín se celebra en la ciudad española desde la Edad Media. Combinando las corridas de toro con la feria y las celebraciones religiosas en honor a San Fermín, las calles de Pamplona se revisten de bailes, música y colores festivos.

Pero esta festividad no está exenta de polémica: las asociaciones protectoras de animales cuestionan el uso de los animales para diversión frente a los que defienden la festividad apelando a la tradición y la historia.

Cultura y tradición

Ignacio Murillo, especialista taurino del Diario de Navarra, cree que en Pamplona «no hay nadie que alce la voz en contra» de los encierros y las corridas que se celebran después.

«Las protestas son absolutamente minoritarias y protagonizadas por gente de fuera de Navarra y de España. No se interesan por conocer la cultura de la ciudad. No tienen interés en conciliar las dos posturas y utilizan estereotipos llamándonos asesinos o torturadores»

Para Murillo, los encierros no suponen una tortura animal, sino más bien, una «esencia de la historia» de la ciudad. «Los toros siguen entrando por las mismas calles por las que entraban hace siglos y además aquí se encuentran los toros más importantes de todas las ganaderías», explicó para   BBC Mundo.

Por su parte,  Francisco Apaolaza, cronista taurino sostiene en entrevista para  El Correo que «El movimiento animalista responde a un cambio social, pero no creo que sea por un cambio a favor del bienestar de los animales sino hacia la negación de ciertas cosas, por ejemplo la muerte. Vivimos en una sociedad en la que para muchos los pollos nacen fileteados en el súper. Visualizar tan fuertemente la muerte del toro y la posibilidad de la muerte del ser humano, que también está negada en esa sociedad, entiendo que sea difícil. Otra cuestión es la sensibilidad de cada uno. Lo respeto pero es una cuestión de gusto, igual que para otros no es agradable ver una película gore. Hay otra cuestión: nuestra relación con los animales. Entiendo que haya gente que quiera que cambie y no podamos coartar la libertad de la que hablan, que es falsa puesto que los animales no tienen conciencia y por tanto no tienen libertad. En ese caso habría que cambiar todo. Lo que es demagogia pura es que el toreo sea considerado tortura y la gastronomía cultura. Pescar una merluza está bien visto y el mundo de los toros no, cuando responden al mismo patrón. Si quieren cambiarlo, adelante, pero para todo. No vamos a ser mentirosos y decir que vamos a proteger los toros pero a la vez vamos a comer bocadillos de jamón».

 

Crueldad animal

En los famosos encierros cada año mueren toros, una práctica que a pesar de ser una tradición de estas fiestas cada vez enciende a más animalistas. 

Las principales organizaciones de protección animal de todo el mundo se han unido para crear conciencia sobre la crueldad de los eventos taurinos de las fiestas de San Fermín en Pamplona. Les parece terrible y piden a los turistas que no apoyen con su presencia ni encierros ni corridas de toros.

Cerca de cien activistas protestaron este martes  en la plaza Consistorial de Pamplona contra las corridas de toros y los encierros, con cuernos y bañándose en sangre artificial, para protestar contra el “maltrato animal”, con el lema ‘Pamplona se baña de sangre’.en una movilización convocada por AnimaNaturalis y Peta.

Desde la organización AnimaNaturalis sostienen que «San Fermín puede existir perfectamente sin corridas de toros, no estamos en contra de la fiesta sino de la crueldad, la tortura y la muerte de animales inocentes».

 Según explica la Plataforma La Tortura No Es Cultura a través de un comunicado de prensa, “aunque la mayoría de los turistas conocen los famosos encierros de Pamplona, pocos saben que todos esos animales son ejecutados públicamente en la plaza de toros, durante los 20 minutos de la tortura y la agonía que el ritual taurino implica”.

“Poner fin a la tortura animal en España no es sólo una cuestión de españoles. La UE subvenciona las corridas de toros con más de 150 millones de euros y la curiosidad de los turistas de todo el mundo también contribuye a la perpetuación de la tauromaquia que sólo cuenta con el 19% de apoyo a los españoles”, critica Marta Esteban, presidenta de Plataforma La Tortura No Es Cultura.

 

 

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