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La canciller alemana, Angela Merkel, descartó hoy que la política europea de austeridad haya influido en el «brexit» y, con las últimas cifras de desempleo en España como ejemplo, defendió la necesidad de mantener las reformas estructurales y abogó por la «solidez presupuestaria».
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«Queremos, por un lado, una política orientada al crecimiento y para eso en muchos países europeos necesitamos reformas estructurales y también presupuestos sólidos, para que no vuelva a pasar lo que ocurrió cuando comenzó la crisis del euro», dijo en una entrevista con la ZDF, la segunda cadena de la televisión pública.
«España tiene por vez primera en este verano de nuevo cifras de desempleo similares a las de antes de 2009, antes de la crisis, lo que demuestra que las reformas estructurales funcionan cuando se hacen», añadió antes de reconocer que, en ocasiones, es «un camino difícil».
Merkel rebatió así las críticas de su ministro de Economía y líder del Partido Socialdemócrata, Sigmar Gabriel, quien vinculó la crisis europea tras el «brexit» (salida del Reino Unido de la UE) con la estricta política de austeridad impulsada por Berlín y en especial por el titular de Finanzas, Wolfgang Schäuble.
En opinión de la canciller, sin embargo, el camino elegido es el «correcto», ya que las reformas estructurales son una condición necesaria para crear puestos de trabajo.
Recordó además que la campaña por el «brexit» tuvo como uno de sus ejes la libre circulación de trabajadores europeos y destacó que el Reino Unido no es de los países con el desempleo juvenil más elevado.
Merkel se mostró convencida de que, a pesar de las voces que reclaman una marcha atrás en el referéndum sobre el «brexit», el Gobierno británico presentará formalmente a los socios europeos su decisión de abandonar la UE, algo que Londres quiere hacer cuando cuente con un nuevo primer ministro.
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Por otra parte, se refirió a la decisión de Turquía de prohibir que políticos alemanes visiten la base militar de Incirlik, donde se encuentra un contingente militar germano implicado en la lucha contra el yihadista Estado Islámico (EI).
«Es importante que nuestros diputados puedan viajar a Incirlik», manifestó, decidida a seguir hablando de la cuestión con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, a pesar de que no tuvo éxito ayer en una primera conversación mantenida en el marco de la cumbre de la OTAN en Varsovia.
«No es la primera vez en que no es suficiente una conversación», apuntó.
La prohibición, que ya ha obligado a la cancelación de un viaje parlamentario, sucedió a la aprobación el mes pasado de una resolución parlamentaria en Berlín sobre el «genocidio armenio», que desató las protestas de Ankara.
Sobre la política interna alemana, Merkel restó importancia a las crecientes tensiones entre los miembros de la gran coalición y no desveló si se presentará a un cuarto mandato en las elecciones generales previstas para el próximo año.
«Se dirá lo que sea necesario cuando sea necesario», se limitó a señalar.