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Estas son las claves de la disputa marítima entre China y Filipinas

Filipinas y China se han disputado durante años un sector del área marítima del llamado Mar de la China Meridional. Parte de estas aguas le pertenecen a Filipinas, según el derecho internacional, pero Pekín las controla de facto. Rico en petróleo, gas natural, zonas de pesca y clave para rutas de comercio, este mar es también fuente de conflicto entre China y otros países, como Vietnam, Malasia y Taiwán.

 

Un tribunal internacional de La Haya falló a favor de las Filipinas este martes, concluyendo que «no existe base legal para que China reclame derechos históricos sobre los recursos dentro de las áreas marítimas dentro de la línea de los nueve puntos».

 

1.-Una larga disputa

Filipinas y China han estado durante mucho tiempo en desacuerdo sobre las reclamaciones de Pekín de la soberanía sobre grandes zonas del Mar del Sur de China. Manila llevó su lucha a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya en 2013. En su demanda, Manila planteó que Pekín, con sus pretensiones territoriales, violaba la convención de la ONU sobre el derecho del mar.

Las tensiones se han incrementado desde que China ha recuperado terreno en operaciones masivas de dragado, convirtiendo los bancos de arena en islas dotadas de aeródromos, puertos y faros.

La iniciativa de Manila encolerizó a Pekín, que reaccionó rechazando la mediación. Una posición que ha mantenido hasta ahora. Las autoridades del gigante asiático rechazan que la justicia internacional pueda transigir en sus litigios bilaterales y fundamenta sus reivindicaciones en unos mapas delimitados en 1947, cuando trazó la famosa “línea de nueve puntos”, en el que delimita su jurisdicción marítima.

China se ha negado a participar en el caso, que supone la primera vez que un tribunal internacional se  pronuncia sobre litigios de reclamaciones de soberanía en la región.

 

2.-La línea de nueve puntos

Basándose en mapas antiguos y otros textos -algunos de ellos de la dinastía Ming, que reinó entre los siglos XIV y XVII-, China reclama su derecho histórico a gobernar sobre los territorios (islotes, arrecifes, rocas) y aguas englobados en la «la línea de los nueve puntos», que incluye zonas situadas a 2.000 kilómetros de sus costas. La primera vez que esta línea de demarcación se fijó oficialmente en un mapa fue en 1947, y las autoridades comunistas heredaron esta reclamación cuando tomaron el poder en 1949, defendiendo su validez hasta hoy mismo.

Frente a la historia, Filipinas y otras naciones esgrimen la cercanía geográfica a su territorios como base de sus peticiones. Además, Vietnam arguye que sus pescadores han faenado en partes de esas aguas desde hace cientos de años, por lo que considera que tienen derechos sobre ese territorio.

 

3.-¿Por qué es importante el fallo judicial?

La decisión tiene implicaciones globales, ya que la zona es vital para el comercio internacional. Por allí transitan al año mercancías por el valor de más de US$8.000 millones. Además, el área es muy rica en recursos naturales y podría albergar importantes depósitos de gas y petróleo.

Una alteración del equilibrio geopolítico actual puede causar una fricción seria, o algo más grave, entre China y EE UU que arrastre a otros países o desate una carrera regional de armamento. EE UU no tiene reivindicaciones territoriales en la zona, pero asegura que defiende la libertad de navegación y ha llevado a cabo varias patrullas en áreas que Pekín se atribuye. Además, las reacciones tras la decisión del tribunal pueden afectar al sistema de derecho internacional creado en torno a la ONU y otras instituciones multilaterales para dirimir disputas entre naciones.

Esto podría animar también a los países vecinos con lo que Pekín mantiene disputas territoriales, Vietnam, Brunei, Taiwan y Malasia, a presentar a su vez sendas reclamaciones ante la corte de La Haya.

4.-¿Qué dice el derecho internacional?

Filipinas se remite a la convención de la ONU sobre Derecho Marítimo (Unclos en inglés), firmada por ambos países junto a otros 163, para sus reclamaciones. Pese a que la corte no concederá la soberanía de los territorios a un país en concreto, será muy importante su definición exacta de qué es lo que controla cada uno de los implicados.

A tenor de este tratado, dominar una isla genera el derecho a disfrutar de una zona económica exclusiva de hasta 200 millas marinas cuyos recursos pueden ser explotados, mientra que una roca tan solo da derecho a una frontera territorial de 12 millas marinas. Poseer una elevación en bajamar no otorga beneficios territoriales en absoluto.

Esto explica en parte por qué las naciones implicadas, en especial China, se han lanzado a una carrera por controlar la mayor cantidad de accidentes geográficos posibles en los últimos tiempos, algo que más tarde puede servir para legitimizar sus reclamaciones.

 

5.-La gran incógnita: qué posición mantendrá China

De inmediato, China indicó que «no acepta ni reconoce» el dictamen la CPA, instancia que cuenta con el apoyo de ONU, apuntó la agencia oficial Xinhua.

«China ha indicado múltiples veces que la CPA» al «que acudió de forma unilateral el (precedente) gobierno filipino, no tiene ninguna jurisdicción» sobre este asunto, añadió la agencia.

La reacción de Pekín era de esperar, pero el dictamen de la CPA puede pesar en el pulso que China mantiene con sus vecinos.

Está por ver si optará por la prudencia o proseguirá la construcción de nuevas islas artificiales, con pistas de aterrizaje incluidas, con el fin de consolidar su presencia en la zona. Hasta ahora, Pekín, había dado entender que su respuesta dependería de la reacción que tuviesen Filipinas y Estados Unidos tras conocerse el fallo del Tribunal Permanente de Arbitraje de la Haya.

 

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