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El emperador japonés Akihito tiene la intención de abdicar a favor de su hijo mayor en los próximos años, indicaron este miércoles varios medios japoneses.
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Según la cadena pública NHK, el monarca de 82 años de edad habría dicho a sus allegados que es mejor que el puesto lo ocupe alguien que esté capacitado para ejercer sus funciones.
La ley japonesa no tiene ninguna vía legal para la abdicación, por lo que sería necesario modificarla para poder satisfacer esta decisión.
La agencia Kyodo News dio la misma información citando a una fuente gubernamental, aunque por el momento no hay confirmación oficial.
Según NHK, tanto el príncipe Naruhito, el hijo mayor del emperador, como la esposa del primero, la emperatriz Michiko, apoyan la decisión del monarca, que abdicaría próximamente.
Japón, que tiene una de las monarquías más viejas del mundo, no ha vivido ninguna abdicación desde hace 200 años, según datos de NHK.
El papel de Akihito, puramente simbólico, está definido en la constitución que Estados Unidos impuso a Japón en 1947 tras la II Guerra Mundial.
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El monarca está considerado «un símbolo del Estado y de la unidad del pueblo japonés» para evitar el retorno al militarismo de la época de su padre, Hirohito, que reinó durante la expansión imperial de Japón en el siglo XX y fue tratado como un dios viviente hasta la derrota del país en 1945.
Salud frágil
«Comienzo a sentir mi edad y a veces he cometido errores en las ceremonias» dijo el año pasado Akihito, que tuvo un cáncer de próstata y tuvo que ser operado del corazón.
Sin embargo, según la agencia Kyodo, las enfermedades no son la causa de su decisión.
El príncipe Akishino, su segundo hijo, dijo en 2011 a la prensa algunos días después de la salida de su padre del hospital que Japón debería fijar una edad límite para ser emperador.
De naturaleza discreta y obligado a serlo por la Constitución, Akihito conoció a Michiko, una plebeya, en 1959 en una cancha de tenis y su matrimonio causó sensación en todo el país. También supo dejar entrever de manera sutil sus opiniones durante casi tres décadas de su reinado, bautizado como Heisei («Logro de la paz»).
En 2009, durante una recepción en los jardines del palacio imperial, Akihito fue filmado diciendo a un responsable municipal que no era deseable que Tokio obligara a los niños a izar la bandera, cantar el himno nacional y recitar una oda al emperador.
En 2001, poco antes de su cumpleaños, el emperador dijo que una parte de sus ancestros provenían de la península de Corea, una revelación que conmocionó a los nacionalistas japoneses que reivindican la «pureza» del pueblo nipón.
Y en agosto del año pasado expresó su «profundo remordimiento» por lo ocurrido en la Segunda Guerra Mundial durante la conmemoración del 70º aniversario del fin del conflicto.
PUB/NL