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Brasil boicotea sus Juegos Olímpicos a menos de dos semanas de su inicio

Río de Janeiro, quien ganó la candidatura olímpica hace seis años, es la primera ciudad latinoamericana que acoge unos Juegos Olímpicos.

A menos de dos semanas del inicio de los Juegos, que se celebran entre el 5 y el 21 de agosto, la capacidad  para recibir tan magno evento ha sido puesta en cuestión.

La emoción de celebrar esta fiesta deportiva se ha ensombrecido por una serie de problemas y amenazas latentes que en englobamos en cinco  categorías:

1. La seguridad

Brasil aumentó las medidas de seguridad tras el reciente ataque con un camión en Niza que dejó 84 muertos y decenas de heridos el 14 de julio, día de la toma de la Bastilla, fiesta nacional de Francia.
Las autoridades brasileñas planean desplegar desde el 24 de julio un total de 85.000 militares y policías para proteger a los más de 10.000 atletas provenientes de 205 países y medio millón de turistas que vendrán a los Juegos Olímpicos de Rio, más del doble de efectivos presentes en los Juegos de Londres-2012.

La policía brasileña detuvo ayer a 10 personas que planificaban ataques terroristas durante los Juegos . Si bien Brasil no tiene antecedentes de ataques terroristas, no se ha involucrado en guerras y está a mucha distancia de centros yihadistas como Siria, el hecho de ser anfitrión del evento más observado del mundo lo coloca de todos modos en la mira.

Según Guido Larson, experto chileno en Terrorismo y Conflicto Internacional, la posibilidad de surgimiento de grupos inspirados en el EI es real y de hecho ya se concretó con la supuesta aparición del grupo Ansar al-Khilafah quienes juran lealtad al líder de Isis y quienes dicen tener presencia en Brasil.  
“Sudamérica nunca estuvo bajo dominio musulmán por lo que es algo que cae fuera de la norma. Por lo mismo, la relación con Brasil no es estratégica, sino táctica. Buscan aprovechar la instancia de los Juegos Olímpicos para generar un temor generalizado y eventualmente atentar contra blancos asociados a los enemigos declarados de Isis”, sostiene.

La falta de seguridad  es uno de los puntos que más preocupan a los equipos internacionales. En los últimos meses, los robos callejeros han crecido casi un 24% en la ciudad olímpica. En los primeros cuatro meses de 2016 se han registrados 38.461 casos, frente a los 31.083 del mismo periodo de 2015. El número de asesinados también ha subido de una forma preocupante. Según datos del Instituto de Seguridad Pública (ISP),  se ha producido un aumento del 15,4%, lo que equivale a 1.715 casos, una media de 11 asesinatos al día.

2. Amenaza del zika
Río de Janeiro es el segundo estado brasileño con mayores número de casos probables de virus zika: más de 32.000.  
Más de cien científicos pidieron por escrito el pasado mayo  que los juegos se pospongan o no se celebren , pues a su juicio el virus podría expandirse por todo el mundo.  Por su parte la Organización Mundial de la salud(OMS), aseguró que no existe justificación sanitaria para suspender o trasladar el evento.
En este sentido el zika ya ha provocado la renuncia de varios deportistas, principalmente populares golfistas, aunque las autoridades insisten en que no hay riesgos para la salud, a lo que se suma que agosto es un mes de poca proliferación del mosquito transmisor debido a la moderación de las temperaturas con el invierno austral.

3. Problemas de caja
Brasil aún no logra recuperarse de la resaca económica que le dejó el sobregasto del  Mundial de Fútbol de 2014. El 17 de junio Brasil se declaró en “estado de calamidad pública”, por tener las arcas secas y consiguió una transferencia de 780 millones de euros del gobierno central para garantizar la seguridad durante los Juegos.
El desembolso por el gasto para el desarrollo de la infraestructura olímpica se ha excedido en más de 70 millones de dólares (cifras a septiembre de 2015) de los 11,000 millones establecidos por el Comité Olímpico Internacional (COI).

4. El estado de las obras
La corrupción  ha envuelto a siete empresas constructoras encargadas de la realización de casi una docena de proyectos olímpicos y la contaminación del agua de las costas brasileñas. En marzo se notificó que la Bahía de Guanabara, la Laguna de Rodrigo Freitas y la playa de Copacabana, que albergarán distintas pruebas, están contaminadas.

A esto se le une las dificultades para llegar al Parque Olímpico de Río,  en especial la línea 4 de metro, que uniría Ipanema y Barra da Tijuca, sin la cual el acceso a las instalaciones puede convertirse en un atasco milenario.

5.Crisis política
La situación política en el país es de gran inestabilidad  ante el proceso de impeachment   al que está sometida Dilma Rousseff a causa de su implicación en un caso de corrupción que afecta al gobierno actual.
La decisión definitiva sobre el proceso de alejamiento del poder de Dilma podría ser sometida al voto del Senado el próximo 2 de agosto, es decir, a tan solo tres días de la ceremonia inaugural de los JJOO.

Además, en este contexto, las manifestaciones se han convertido en una herramienta de reivindicación muy fuerte en el país,  por lo que los ciudadanos podrían aprovechar la visibilidad mediática para incrementar las protestas sociales.

>A pesar de todas estas amenazas, los analistas coinciden en que pese a que pondrán mayor presión a la fiesta y representarán un reto adicional al país, no detendrán la ejecución de las Olimpiadas por los altos costos que esto representaría para la ya deteriorada economía.

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