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DiarioPyme.com / AFP
Estos últimos dían han sido muy exitosos para McDonald’s Japón, más que nada en la bolsa de Tokio, donde sus acciones han subido como la espuma, todo gracias a la alianza que firmó con Pokemon Go, la aplicación de moda.
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Las positivas cifras conseguidas por la filial nipona de la multinacional de origen estadounidense vienen siendo un pequeño bálsamo tras años en que sólo ha sabido de pérdidas, tanto de ingresos como de clientes, gracias a una serie de escándalos que han puesto en tela de juicio la calidad y salubridad de sus productos.
El año 2012 la cadena de comida rápida tuvo un pequeño percance con unos vasos promocionales de los Juegos Olímpicos de Londres. Ese año tuvo que recuperar varios de esos que entregó de regalo, tras recibir de 130 denuncias de clientes que habían sufrido cortes.
En ese entonces un portavoz de la compañía indicó que 78 personas resultaron heridas, aunque leves, por el borde no parfectamente liso de estos «vasos olímpicos».
Dos años más tarde en julio 2014, un escándalo originado en China repercutió en Japón. En esa ocasión, las autoridades de Shanghai cerraron una planta del grupo OSI, un proveedor de McDonald’s por mezclar carne en mal estado con carne fresca, así como por volver a etiquetar los productos caducados, según una investigación de una cadena de televisión local.
Tras conocerse el escándalo, un portavoz de McDonald’s en Tokio indicó que un 20% de los McNuggets (trozos de pollo empanado) de esta compañía en Japón provenían de dicha fábrica de Shanghai. Para intentar atenuar el escándalo, la cadena lanzó a la venta ‘nuggets’ de tofu, pasta o ‘queso’ de soja.
En agosto de ese año, esta filial continuaba en el ojo del huracán luego de que un diente humano apareciera en medio de unas patatas fritas, el que fue descubierto por una clienta de Osaka (oeste de Japón) en un menú «Big Mac Set».
El análisis del «objeto extraño» realizado por un laboratorio externo confirmó que se trataba de un diente humano «que había recibido cuidados médicos con anterioridad».
«No somos capaces de decir cómo llegó ahí el diente», reconoció en una conferencia de prensa, el director adjunto de McDonald’s en Japón, Hidehito Hishinuma.
Dado que ningún empleado del restaurante había perdido un diente, la empresa considera otras posibilidades, como que cayera en la fábrica donde se hacen las patatas en Estados Unidos.
Luego de ese episodio, otra clienta aseguró que descubrió fragmentos de «materia dental» en una hamburguesa. «Di un bocado y noté algo duro», explicó esta japonesa de 50 o 60 años, y pensó que se trataba arenilla o de una piedra.
Escupió y descubrió unos fragmentos de color marfil, que fotografió.
Tras quejarse al establecimiento, recibió un informe de análisis y se trataba de trozos de «materia dental», aunque McDonald’s indicó que existe «una probabilidad extremadamente baja de que estos fragmentos se encontraran entre los ingredientes porque el proceso de producción está muy automatizado».
Como una manera de dejar atrás esta estela de desconfianza y tratar de reconquistar a sus consumidores, a principios de este 2016 la empresas lanzó un nuevo producto: «McChoco Potato», papas con chocolate.
Sumado a ello, la marca propuso también más menús baratos («Otegoro Mac»), más ensaladas y sopas y productos locales (hamburguesa al queso de Hokkaido, McShakes con batata de Kagoshima).
«Sin duda, 2015 fue el año más difícil en nuestros 45 años de historia» en Japón, aseguró en ese entonces la presidenta de McDonald’s en ese país, la canadiense Sarah Casanova, días después de que informara de pérdidas por 34.700 millones de yenes, unos 327 millones de dólares.
DP/PCP