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Barack Obama: el recorrido, la despedida y la transición 

El presidente de Estados Unidos pasó ayer la batuta a la candidata presidencial Hillary Clinton 

La Convención Nacional del Partido Demócrata recibió anoche en su tarima al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, doce años después de que se presentara por primera vez en una convención de la colectividad. 

Un vídeo que repasó su trayectoria como presidente a sólo cinco meses de terminar su segundo término, sirvió de preámbulo a su entrada, que mereció de inmediato una ovación de pie al presidente número 44 de la nación estadounidense.

«Yo era tan joven aquella primera vez en Boston. Tal vez un poco nervioso frente a una multitud tan grande, pero yo estaba lleno de fe”, afirmó. «Me presento ante ustedes de nuevo esta noche, después de casi dos términos como su presidente, y les digo que me siento aún más optimista sobre el futuro”, puntualizó. 

En adelante, Obama enalteció al nivel máximo la figura de Clinton, quien hoy en la noche tendrá su discurso de aceptación de nominación presidencial, y quien se proyecta como la primera mujer presidenta de los Estados Unidos, si logra vencer al candidato republicano, Donald Trump. 

«Esta noche, les pido hacer por Hillary Clinton lo que hicieron por mí. Les pido que la lleven de la misma manera que me llevaron a mi”, apuntó Obama. «Les pido que se unan a mi, para rechazar el cinismo, para invocar lo que es mejor en nosotros; para elegir a Hillary Clinton como la próxima presidenta”, afirmó.

Pero sin duda el momento más trascendental de la noche llegó justo al final del discurso de Obama, cuando de forma inesperada e insospechada Clinton apareció por el extremo derecho de la tarima, provocando emoción y euforia en los alrededor de 20 mil asistentes en el Wells Fargo Center en Philadelphia.

El presidente y la candidata presidencial –exsecretaria de Estado bajo la administración de Obama– caminaron hasta encontrarse de frente y confundirse en un fuerte abrazo que sirvió como evidencia del equipo que ambos han formado. Acto seguido, Obama y Clinton levantaron juntos las manos unidas, en señal de victoria, en señal de equipo y en señal simbólica de que el bastón del Partido Demócrata está oficialmente en manos de Clinton.

El presidente no perdió la oportunidad, por supuesto, de desaprobar a Donald Trump como posible presidente de la nación, una figura que a juicio del presidente, no representa el espíritu de la nación.

“El sueño americano es algo que ningún muro contendrá nunca”, afirmó Obama. «Estados Unidos ya es grande. Estados Unidos es ya fuerte y te prometo que, nuestra fuerza, nuestra grandeza, no depende de Donald Trump”, apuntó.

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