Unos documentos que revelan nuevos detalles escalofriantes de la barbarie nazi han salido a la luz en Rusia. Los diarios de Heinrich Himmler, jefe de la SS nazi y mano derecha de Adolf Hitler, fueron descubiertos en un archivo de la ciudad de Podolsk. El monstruo del nazismo, que orquestó el Holocausto y comandó el aparato del terror alemán, apuntó en estos cuadernos fechas, lugares, reuniones, así como detalles sobre la decisión de enviar a millones de personas a la muerte.
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El tabloide alemán «Bild» ha hallado estos antiguos archivos militares de Podolsk, cincuenta kilómetros al Sur de Moscú, un diario de mil páginas, donde se consigna las actividades de Himmler en los años 1938, 1943 y 1944.
Una entrada en el diario de 1.000 páginas en agosto de 1941 revela que Himmler, que se sabía que era muy aprensivo ante la visión de la sangre, casi se desmaya cuando el cerebro de una mujer judía víctima de las ejecuciones masivas al borde de un pozo fuera de la ciudad de Minsk, en lo que hoy es Bielorrusia, le salpicó la capa, según el Daily Mail.
También revela detalles espantosos de la forma en que ordenó el asesinato de miles de personas, incluyendo la muerte de 10 polacos, justo después de recibir un masaje de su médico personal.
Correspondiente a los años 1938, 1943 y 1944, el papeleo desapareció al final de la Segunda Guerra Mundial y en manos del Ejército Rojo.
En 1943 escribe que es testigo de la “eficacia” de los motores diesel utilizados para gasear a los prisioneros en el campo de exterminio de Sobibor, en la Polonia ocupada por los nazis, donde 400 personas fueron ejecutadas en público. En total unas 250.000 personas fueron gaseadas en el campo, la mayoría en las dos primeras horas de su llegada.
Más tarde, el mismo día de 1943, registra que los hombres de las SS dieron un banquete en su honor.
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También exige nuevos perros de guardia en el complejo de Auschwitz, “capaces de desgarrar a todo el mundo menos a sus adiestradores”, según el Mail.
El diario sale a la superficie 71 años después de la captura de Himmler, en 1945, por soldados británicos en el norte de Alemania, mientras vagaba por el norte de Alemania vestido con el uniforme de soldado ordinario y con papeles falsos.
Los historiadores pasaron tres años estudiando el archivo, que pertenecía a un judío, antes de sellarlo en una bóveda de un banco en Tel Aviv, con el fin de probar su autenticidad, antes de llegar a la conclusión de que era auténtico.
PUB/IAM