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Para el sábado 13 de agosto está programado en nuestro país el término del horario de invierno, el cual duró tres meses desde que fue instaurado a principios de año por el Gobierno. Es por eso que tendremos que adelantar los relojes una hora lo que conllevará a que contaremos con más luz solar al final del día.
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Pero, ¿qué beneficios o desventajas implica este suceso? Si bien, no existen estudios científicos que demuestren que el cambio de horario provoque cambios graves a nivel biológico, ni tampoco trastornos a nivel psicológico, siempre es bueno contar con algunas recomendaciones que permitan afrontarlo de mejor forma.
Al respecto, el psicólogo y coordinador del Centro de Atención Psicológica de la U. Católica del Maule, Gerardo Chandía, es claro en señalar que “nuestro cuerpo va a necesitar un tiempo para poder acostumbrarse al nuevo horario, nuestro ritmo circardiano sueño-vigilia debe acostumbrase al cambio, pero eso no debería extenderse por más de una semana”, aunque de igual manera recalca que “esto puede tener algunas variaciones, es decir, hay personas que logran acomodarse de inmediato y otras que pueden demorar un par de semanas”.
De todas formas el académico de la UCM es claro en indicar que “las personas más vulnerables a este tipo de cambios, les genera algunas alteraciones leves como son: cambios en los estados de ánimo, mal humor, irritabilidad, cansancio, fatiga, dificultad para dormir, dolor de cabeza, entre otros».
Algunos de los consejos y rutinas que Gerardo Chandía entrega son el no consumir cafeína o alimentos pesados horas antes de dormir, practicar deporte, no realizar actividades en la cama como estudiar, ver televisión o trabajar, no dormir siestas, además de pernoctar un mínimo de ocho horas diarias en el caso de los adultos y aumentar esta medida en los más pequeños según su edad.
“Es fundamental el intentar mantener el mismo horario de dormir y levantarse, como el tratar de que la pieza no tenga estímulos de luz, idealmente dormir en una pieza lo más oscura posible, ordenada e higiénica, ya que eso ayuda a una sensación de tranquilidad y concilia un sueño reparador”, aseveró el experto UCM.
Precaución con niños y tercera edad
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El llamado del psicólogo de la U. Católica del Maule, Gerardo Chandía, es a tener especial atención con menores y adultos mayores, grupos que están más vulnerables a estos cambios. «Recordemos que los niños necesitan más horas de sueño para lograr un desarrollo sano. Así también dependerá de las rutinas de cada familia, independiente del horario de verano o invierno”, sostuvo.
La recomendación es que en el caso de los niños la hora de dormir nunca debe exceder las 21:00 horas. Además, es vital evitar la utilización de medios tecnológicos para inducir el sueño, como facilitarles el celular o colocarle dibujos animados en la televisión. Mucho más idóneo resulta el leerles un cuento, puesto que eso no solo favorece la salud física sino también ayuda a afianzar el vinculo padre/madre-hijos/as.
Por último, es trascendente tener en consideración que si usted presenta durante un periodo largo (más de un mes) dificultades para inducir el sueño y eso genera un cansancio generalizado al día siguiente, debe acudir a un especialista.
PUB/NL