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Conocido es por todos que el uso de la bicicleta trae beneficios de manera transversal a la ciudad disminuyendo la congestión y la contaminación, y a la salud de las personas, reduciendo niveles de sedentarismo y contribuyendo a una vida sana que trae enormes aspectos positivos. Con estos antecedentes, la bicicleta hoy se posiciona como un medio de transporte que cada día más personas eligen en todo el mundo, incluido Chile.
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Y para reafirmar estos antecedentes hace pocos días se publicó un estudio financiado por la Unión Europea denominado Actividad Física a través de Transporte Sostenible, donde se incluyeron los datos de 11 mil personas de siete ciudades europeas: Amberes, Londres, Örebro, Roma, Viena, Zúrich y Barcelona.
El estudio revela que habitualmente las personas que se mueven en automóvil pesan 4 kilos más de la media que los que lo hacen en bicicleta. Si a esto le sumamos que la Organización Mundial de la Salud declara que “el sedentarismo mata a unos 5 millones de personas cada año, además de aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer o los infartos”, el tema nos debe preocupar y no sólo quedar en un dato anecdótico.
Jonatan Onetto es ingeniero en sonido del canal de televisión municipal de La Pintana, tiene 29 años y hace más de un año decidió cambiar el Transantiago por la bici. Diariamente va desde la estación de Metro Las Parcelas hasta la Municipalidad en bicicleta. “Recorro 50 minutos diarios, si o si, pero creo que ayuda más a no subir de peso que a bajar”, confiesa. Esto porque se dio que cuenta que “cuando realmente bajé de peso fue cuando me ordené con las comidas 5 veces al día, y bajé como 8 kilos, pero totalmente de la mano con el ordenamiento de la alimentación”. Concluye que el uso de la bici “también ayuda a la capacidad física y tener mejor respiración”.
Daniela Polanco es maestra pastelera. Tiene 32 años y lleva cerca de un año ocupando la bici como su medio de transporte habitual, desde Plaza Ñuñoa hasta las cercanías del Metro Nuble. Asegura que “el usar la bici me cambió la vida. Empecé a ir a las cicletadas de los martes y también a hacer spinning. La bicicleta me ayudó a bajar de peso, los demás notaron el cambio a los dos o tres meses, pero uno se siente disntinto desde el día uno”.
Confiesa que “se nota en el cambio de ánimo, andas con más energía y ves las cosas de manera distinta. Al ver los cambios te empiezas a preocupar de comer más sano y cuidarte más, las piernas se te ponen más bonitas, no sé, pero de verdad que a mí me cambió la vida”.
El investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona, David Rojas, explica que “este es el primer macroestudio a nivel europeo que relaciona el índice de masa corporal con usar uno u otro medio de transporte”, según señala el diario El País, de España.
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Argumenta que estos resultados son “un mensaje importante para los políticos y los urbanistas que diseñan las ciudades (…) una de las ciudades analizadas, Örebro, en Suecia, tiene muchas más infraestructuras para peatones y bicicletas y también es de lejos la ciudad con unos niveles de actividad física más altos.”
El experto en transporte sostenible y asiduo usuario de la bicicleta, Hernán Silva, señala que “las estadísticas de los beneficios por usar la bicicleta en cifras netas están vinculados al ahorro de dinero y de tiempo de viaje”.
Agrega que en relación a la salud, “los beneficios están ligados al funcionamiento del sistema cardiovascular y respiratorio y eso tiene una serie de beneficios colaterales que siempre son muy positivos”.
El académico de la Universidad Mayor concluye que “la tendencia es que está aumentando mundialmente la cantidad de kilómetros que la gente que usa la bici está recorriendo. Si hace 5 años el promedio que se manejaba era de 3 kilómetros por viaje, hoy esa cifra llega a los 5 kilómetros promedio, lo que implica que hay una cantidad de viajes que son de distancias menores, pero también un número importante se está atreviendo a distancias mayores”.