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Kim Kardashian ha aceptado que se pone inyecciones en su famoso trasero, aunque no precisamente para aumentar su tamaño, como siempre se ha especulado, lo hace por salud, para combatir la psoriasis que padece.
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La madre de Kim, Kris Jenner, fue quien se dio cuenta de que su hija padecía algún tipo de problema dermatológico tras ver que tenía un sarpullido en la pierna. Desde entonces, la celebridad se inyecta cada ciertos años cortisona para lidiar con la enfermedad, que causa descamaciones y enrojecimiento en la piel entre otros síntomas.
«Cada varios años me pongo una inyección de cortisona. De hecho me acabo de poner una porque mi psoriasis empeoró bastante durante mi viaje a Las Vegas. Eso es algo que casi nadie sabe sobre mí» , confesó la celebridad en un vídeo en directo con sus fans a través de su página web.
Según Kim, los rumores de que había aumentado el tamaño de su trasero con implantes comenzaron a circular por culpa de la cicatriz que le dejó la primera inyección de cortisona que se puso.
«Fui a que me pusieran la inyección en el trasero. En aquella época yo vivía justo detrás de la boutique Kitson y uno de mis vecinos era dermatólogo en el hospital Cedars-Sinai de Los Ángeles. Fui a verle y me dijo: ‘Hay una posibilidad entre un millón de que te quede una marca gigante en el trasero tras ponerte la inyección’. Y, por supuesto, eso fue lo que pasó. Hay una foto mía en Miami con un vestido azul eléctrico y otra imagen en la que aparezco caminando por la calle Robertson y en las dos se puede ver la marca de la inyección. Creo que fue ahí cuando empezaron los rumores de que me había puesto implantes» , confesó la más famosa de las Kardashian, que asegura haber «aprendido a vivir» con la dolencia.
Kim ya había hablado de su enfermedad en su reality show «Keeping Up with the Kardashians», durante un episodio emitido en julio de 2011, en el que mostraba los sarpullidos que empezaron en sus piernas y que fueron esparciéndose a otras partes de su cuerpo.