Opinión

Columna de la ministra de Minería: “Orgullosos de ser mineros y mineras”

 

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La minería de Chile está de fiesta. Agosto es el mes en el que conmemoramos una industria que entrega un valioso aporte al desarrollo del país, un referente de nivel mundial y una muestra de pujanza,  laboriosidad, y también de pasión, a lo largo de la historia.

 

Datos remotos nos hablan de San Lorenzo, patrono de la minería, sacerdote que vivió en Roma durante el siglo III, y quien dedicó su vida religiosa a la administración de los bienes de la Iglesia. Es una historia de valor y atrevimiento, ya que cuando fue conminado por el emperador Valeriano a entregar todos los tesoros de la Iglesia, San Lorenzo pidió tres días para reunirlos. Entonces apareció con un grupo de pobres, ancianos y enfermos, y los presentó como el verdadero tesoro de su institución, lo que le costó el enojo del emperador y el castigo de morir en una parrilla ardiente. La muestra de convicción de este santo ha permanecido a lo largo de los años y sirve todavía de inspiración para una actividad que se caracteriza por el sacrificio.

 

La minería chilena ha tomado ese testimonio natural y ha generado una riqueza que ha servido a Chile para su desarrollo.

 

En una larga evolución, hoy enfrentamos un cuadro difícil, debido al bajo precio de los commodities en los mercados internacionales, pero al mismo tiempo nos encontramos con una oportunidad histórica, fruto de la mirada de largo plazo que es la enseña de nuestro sector.

 

Para nuestro ministerio, la minería se dibuja como una plataforma de desarrollo integral, que combina productividad, crecimiento tecnológico y sensibilidad con el entorno. Son ideas centrales planteadas por la Presidenta Bachelet en el inicio de su gobierno a través de la Agenda de Productividad, Innovación y Emprendimiento. Desde hace años, como se ve, la apuesta de nuestro gobierno se enfoca en la productividad y la competitividad, asociada a los mejores modos de convivencia con el medioambiente y con las comunidades locales.

 

Pero no podríamos aspirar a tanto si no contáramos con lo fundamental, las personas, trabajadoras y trabajadores, nuestro preciado recurso humano. Encontramos incontables muestra de esa capacidad, un talento que se despliega en diferentes niveles, desde la pequeña a la gran minería, una muestra del sacrificio, de la dedicación y de la ambición de nuestra industria.

 

Tenemos planes sólidos como país para nuestra minería, pero tenemos en nuestra gente el mejor de los tesoros. Es un mes emotivo y podemos decir con absoluta convicción que estamos orgullosos de ser mineros y mineras.

 

 

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Aurora Williams

Ministra de Minería

 

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