Corea del Norte lanzó hoy por primera vez con éxito un misil balístico desde un submarino, lo que supone un peligroso avance en sus capacidades de ataque militar y amenaza con provocar una escalada armamentística en la región.
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El proyectil, lanzado desde un submarino militar frente a la costa occidental del país, recorrió más de 500 kilómetros y se precipitó en el Mar de Japón (Mar del Este) a otro medio millar de kilómetros de territorio nipón, según los informes de Seúl y Washington.
El régimen de Kim Jong-un ya intentó en tres ocasiones desde diciembre llevar a cabo el lanzamiento de un misil desde un submarino (Slbm, por sus inglés en ingles), pero esta es la primera vez en la que lo ha logrado con total éxito.
Esto plantea una grave amenaza de seguridad en la región y a nivel global, ya que la naturaleza móvil de los Slbm ampliaría enormemente el alcance del arsenal balístico del Ejército Popular norcoreano y haría mucho más difícil detectar sus lanzamientos.
Tras el éxito de hoy algunos expertos se han apresurado a pronosticar que Pyongyang será capaz de desplegar plenamente submarinos capaces de lanzar estos misiles en 2017, lo que adelanta entre uno y tres años las predicciones formuladas hasta la fecha.
Así, el lanzamiento del Slbm ha generado una fuerte alarma en la comunidad internacional y ha marcado la agenda de la reunión de ministros de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, China y Japón celebrada hoy en Tokio.
Los tres cancilleres calificaron la acción de «intolerable» y acordaron liderar la respuesta internacional frente a las «continuas provocaciones norcoreanas» promoviendo el cumplimiento de las sanciones comerciales impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU a Pyongyang.
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Mientras, algunos expertos mantienen que el nuevo avance militar norcoreano podría detonar una escalada armamentística en la región.
Tanto Corea del Sur como EEUU, y en menor medida China y Japón, «van a interpretar el lanzamiento como un paso más en la creciente amenaza de Corea del Norte y responderán en consecuencia», explicó a Efe Daniel Pinkston, profesor de la Universidad estadounidense de Troy afincado en Seúl y especialista en asuntos de la península coreana.
Según Pinkston, estos países «probablemente aumentarán su presupuesto de defensa, tomarán medidas de respuesta» y en el caso de Seúl y Washington intensificarán sus maniobras militares conjuntas.
Precisamente el lanzamiento norcoreano de hoy se considera una réplica al ejercicio militar a gran escala de cuatro días Ulchi Freedom Guardian (UFG) que los dos aliados iniciaron el lunes en territorio surcoreano con la participación de 25.000 soldados de Estados Unidos y 50.000 de Corea del Sur.
Corea del Norte, que ve este ejercicio como un ensayo de invasión al país, ya formuló la amenaza de «un ataque nuclear preventivo», lo que agravó aún más el ya viciado ambiente entre el régimen de los Kim y sus históricos enemigos.
La tensión ha sido permanente en la península coreana desde que Pyongyang llevara a cabo a principios de año su cuarta prueba nuclear y un lanzamiento espacial con tecnología de misiles, acciones que fueron castigadas con las sanciones comerciales más duras hasta la fecha del Consejo de Seguridad de la ONU.
A esto se ha sumado en el último mes el acuerdo entre Seúl y Washington para desplegar en territorio surcoreano el escudo antimisiles Thaad y la deserción a Corea del Sur del número dos de la embajada norcoreana en Londres.
Norte y Sur permanecen técnicamente enfrentadas desde la Guerra de Corea (1950-53), que acabó con un alto el fuego nunca reemplazado por un tratado de paz, y desde entonces EEUU mantiene una fuerte presencia militar en el lado surcoreano con el compromiso de defender a su aliado en caso de conflicto.
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