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Una de las propuestas menos populares de una inminente reforma al actual sistema de pensiones, es la necesidad de aumentar la edad de jubilación.
Hasta ahora las mujeres han sido las más afectadas en sus pensiones, al tener la posibilidad de jubilarse desde los 60 años, siendo quienes deben financiar una mayor cantidad de años con sus ahorros, de acuerdo a las tablas de mortalidad recientemente modificadas en Chile. En el caso de ellas se estima que vivirán en promedio hasta los 90,31 años (sus ahorros deben financiar una pensión por 30,31 años), mientras que los hombres que se jubilan a los 65 años, su esperanza de vida se estima llegará en promedio a los 85,24 años (sus ahorros deben financiar una pensión por 20,24 años).
A esto se le agregan factores específicos del mercado laboral, siendo de amplio conocimiento que las mujeres perciben menores ingresos, en igualdad de funciones respecto a los hombres y tienen mayores lagunas durante su vida laboral, explicadas principalmente por la maternidad.
En consecuencia, desde el punto de vista financiero, para solventar jubilaciones por más tiempo a raíz de las mayores expectativas de vida que tienen los chilenos, es lógico pensar que las mujeres deberían también aumentar la edad de jubilación. Sin embargo, también es de amplio conocimiento que las personas mayores, cercanas a la edad de jubilación, ven reducidas considerablemente sus opciones laborales. Por lo tanto, este tipo de medidas deben estar asociadas a incentivos que se entreguen en el mercado laboral para poder emplear a personas con edades sobre los 60 años.
Si miramos la experiencia europea, el caso más extremo ha sido Grecia, que hasta hace poco hombres y mujeres se jubilaban a los 60 años y existían amplias posibilidades de jubilarse anticipadamente. En ese escenario, el gasto fiscal por pensiones el año 2006 era del 13,5% del PIB, mientras que en el año 2013 era del 17,5% del PIB. Para compararlo con Chile, el gasto en pensiones en estos momentos es del 0,7% del PIB, privilegiándose el gasto en las enormes necesidades del país en educación y salud, por sólo nombrar algunos.
En la otra vereda, hace pocas semanas se conoció la opinión del Bundesbank (Banco Central de Alemania), quienes desde ya están anticipando la necesidad de aumentar la edad de jubilación en el largo plazo. En su propuesta afirmó que las personas que reciben apoyo estatal para la pensión, deben trabajar por un mayor tiempo para «garantizar la sostenibilidad financiera», proponiendo elevar la edad de jubilación hasta los 69 años para el año 2060 de forma gradual.
Por lo tanto, esta discusión no se da solamente en nuestro país, sino que a nivel mundial, por los cambios demográficos que implican una población que vive más y que en una mayor proporción se encuentra inactiva. Por la misma razón, dentro de las propuestas que se plantean para mejorar las pensiones, necesariamente se debe dar una discusión para aumentar la edad de jubilación de una forma gradual y que incorpore modificaciones e incentivos en el mercado laboral, para que realmente se pueda llegar a la jubilación de una manera digna.
Sergio Tricio
Gerente General de Ruvix
@stricio
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