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La policía de Sao Paulo volvió a dispersar la noche del jueves con bombas de gas lacrimógeno una marcha contra la destitución de la ya expresidenta Dilma Rousseff, la cuarta consecutiva donde se producen enfrentamientos en la mayor ciudad del país, constató un fotógrafo de la AFP.
Los nuevos choques ocurrieron un día después de que una estudiante de 19 años perdiera la visión de un ojo tras la intervención de los agentes durante la protesta que sucedió a la decisión del Senado de apartar del poder definitivamente a Rousseff.
La imagen de la joven, quien tuvo que someterse a una cirugía de urgencia en la madrugada, con el rostro ensangrentado saltó a los medios nacionales, que informaron en la noche de que uno de los órganos de control de la policía solicitó a la Fiscalía que investigue si hubo negligencia en la operación.
En una cantidad menor que el miércoles, cuando los organizadores afirmaron haber reunido a 20.000 personas, los manifestantes se reunieron este jueves en la Avenida Paulista rodeados de un fuerte dispositivo policial. La marcha transcurrió pacífica hasta llegar al centro, donde los agentes la dispersaron usando gas lacrimógeno.
La corporación asegura que intervino después de que varios participantes lanzaran objetos y bengalas a los policías, según explicó un portavoz de prensa a la AFP.
El final de las marchas contra el impeachment en Sao Paulo ha dejado imágenes similares durante esta semana clave para el país, donde Michel Temer juró su cargo como presidente de Brasil tras el desenlace de un proceso que tanto Rousseff como estos movimientos sociales de izquierda califican como un «golpe».
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Para mostrar su rechazo al gobierno de Temer varios colectivos convocaron por las redes sociales una nueva protesta para el domingo.
La Secretaria de Seguridad del estado de Sao Paulo informó, sin embargo, que no permitirá ninguna marcha ese día en la Avenida Paulista debido al paso de la antorcha paralímpica por la ciudad.
PUB/NL