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@TheEllenShow #justicefornaomie The lady that inspired this poster. is Naomi Parker Fraley (94). We have proof. need pic.twitter.com/t40OosU8vh
— john fraley (@johnnyd2ez) 27 de septiembre de 2015
Más de 70 años han pasado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero la mujer del póster «We Can Do It» sigue siendo un ícono del feminismo de todos los tiempos. Pero la modelo que inspiró el icónico cartel nunca pensó que se pareciese mucho a cómo se veía en realidad.
En ese entonces, Naomi Parker- Fraley solo se veía a sí misma como muchas mujeres de su generación: alguien que ayudaba en las industrias para sustentar la economía de guerra. Tal y como las seis millones de mujeres estadounidenses que fueron a trabajar mientras los hombres estaban en el frente. Jamás se imaginó – y no se imagina aún- a sus 95 años, que el cartel que protagonizó se convirtiese en una referencia actual.
Ella ya había reclamado antes, pero no se imaginó que todo fuera tan magnificado. Pensaba que solo era protagonista de la foto que la hizo famosa en la Segunda Guerra Mundial, pero solo fue hasta 2009 que ella y su hermana Ada Wyn, que ahora tiene 92 años, vieron en un acto conmemorativo, el poder del cartel que la hizo indirectamente famosa.
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«No podía creerlo. Yo estaba en la foto. Pero había un nombre distinto en el pie de foto, Geraldine», le dijo la mujer a la revista People, que le hizo un editorial fotográfico con la ropa que usó en esa época.
Porque en aquel momento, Naomi tenía solo veinte años. Y con su bandana de puntos y su overol, pasó a la historia, cuando le tomaron una fotografía que luego se convertiría en afiche . Era 1942 y la foto se la tomó en la estación Aérea y Naval de Alameda, California. Este cartel salió en todos los medios de comunicación de su país.
«Salió en todos los periódicos, desde San Francisco hasta Washington. Incluso me llegaban cartas de fans», explica.
De Naomi a We Can Do It!
Así se veía en la fábrica, en la famosa foto:
Ella inspiró al artista J. Howard Miller a crear el personaje de «Rosie la Remachadora», objeto de parodias y todo tipo de reinterpretaciones.
Pero, mientras pasaba todo eso, la protagonista no se dio ni por enterada y pasó décadas sin saber que su cara había servido para el dibujo. Sobre todo, porque siempre se creyó que otra mujer, llamada Geraldine Hoff Doyle, quien trabajaba en una fábrica de Michigan, era la protagonista del póster. Eso, hasta 1980, cuando comenzó a ver que la mujer del cartel era más ella misma que Geraldine. Y que se parecían.
Aun así, al Hoff Doyle tener un cierto parecido con Naomi, nadie cuestionó nada hasta hace casi treinta años, cuando a la mujer se le ocurrió enviar una foto suya al periódico y el retrato que salió en la Segunda Guerra Mundial. Pero era muy tarde. Hoff Doyle ya era «Rosie la Remachadora».
Por supuesto, Naomi estaba devastada. «Solo quería mi propia identidad», dijo. «No quería fama ni fortuna, pero quería que eso se me reconociera».
Su causa permaneció intacta hasta 2015, hasta que conoció a James J. Kimble, un profesor de comunicaciones de la Universidad de Seton Hall en Nueva Jersey, quien investigó sobre el tema por seis años, hasta que la conoció.
«Le robaron parte de su historia», afirmó Kimble. «Es muy hiriente que le haya pasado eso. Y es peor la sensación de impotencia que se experimenta, porque tienes 95 años y nadie quiere escucharte».