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Las Fiestas Patrias son para muchos chilenos un periodo de desajuste en su alimentación producto del aumento en el consumo calórico asociado a los platos tradicionales de esta fecha. Los choripanes, empanadas y el terremoto pueden fácilmente hacer que la ingesta promedio de una persona adulta, de entre 2.200 a 2.500 calorías, se eleve a más de cuatro mil durante una sola jornada.
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Según el ideario popular existen varias fórmulas eso sí para deshacerse de manera rápida de ese mayor consumo de alimentos. En muchos casos se estima que media hora de un buen zapateo o unos diez pies de cueca e incluso 50 minutos de cumbia sirven para “compensar” y evitar el aumento de peso que dejan las celebraciones de Fiestas Patrias.
Sin embargo, la especialista en Nutrición Deportiva de la Universidad de Santiago, Cecilia Bahamonde derriba ese mito y asegura que no hay forma rápida de quemar la mayor cantidad de calorías que dejan un par de empanadas fuera de la dieta.
La magíster en Nutrición detalla a Publimetro que la ingesta de calorías está relacionada directamente con la cantidad de ejercicios que se debe realizar. Es decir, el cuerpo de un adulto gasta cerca de 2.500 calorías en las actividades extra deportivas como caminar, sentarse o recoger algo del suelo, por lo que salirse de la dieta implica necesariamente que esas calorías adicionales van a acumularse.
Por lo mismo, insiste que tampoco es necesario dejar de comer sino más bien gastar las calorías que se consumen de forma proporcional.
Es ahí, dice Baamonde donde se cae en una equivocación, porque además el cuerpo que no está acostumbrado a hacer actividad física y se encuentra en estado sedentario no puede quemar las calorías adicionales que se consuman.
“La gente puede comer y debe comer las 2.200 calorías que gasta, tiene que ser así porque tienen que haber un equilibrio exacto entre lo que gastas y lo que comes (…) cuando dice yo puedo comer un poquito más?, o sea, tu tienes que comer lo que tienes ganas de comer dentro de alimentación sana y no excesiva, entonces la actividad justifica esa alimentación”, detalla.
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Por eso la académica de la U. de Santiago explica que decidir correr una cantidad de kilómetros o bailar más de la cuenta no sirve si el cuerpo no está acostumbrado a esa actividad. “La cosa no es solamente cuantitativa, o sea, hoy día comí, hoy día me entreno, porque el cuerpo en esa oportunidad no está con apresto para poder hacer actividad física, porque el cuerpo tiene que estar en condiciones”.
“Si tu ese día entrenas no vas a degradar grasa, vas a degradar azúcar, porque la encima de la degradación de grasa no está entrenada, no está adaptado el cuerpo porque eso depende de encimas y cuando tu no haces actividad física desaparecen. Yo quiero degradar grasas pero el cuerpo no puede, porque no tiene las encimas para que lo haga, entonces en vez de degradar grasa, degrada glucógeno, comes mal y quedas ahí mismo”, asegura.
“Tiene que haber hábitos de buena alimentación y hábitos de actividad física, día por día”, enfatiza.
PUB/NL