PUBLICIDAD
Según el Workmonitor de Randstad del segundo trimestre de este año, 62% de los trabajadores chilenos está enfocado en obtener una promoción dentro de su actual compañía, por lo tanto, no tener posibilidades de crecimiento es un fuerte motivador para cambiar de empleo.
Elena Camacho, consultor de Randstad Professionals, señala que una segunda razón para iniciar una nueva etapa laboral son los salario. “Es normal que los profesionales estén constantemente buscando oportunidades de mejora, ya que la renta representa el patrimonio que el trabajador tendrá para satisfacer sus necesidades y proyectarse financieramente en todos los aspectos de su vida; por lo que esperan que el sueldo sea el reflejo de su nivel de preparación, experiencia y conocimientos”, dice.
Asimismo, un bajo nivel de satisfacción, provocado porque no se cumplen los atributos más valorados por los trabajadores, como conciliación trabajo-familia, clima laboral, reconocimientos, gratificaciones y opciones de flexibilidad, entre otros, también puede generar la necesidad de dar un giro profesional. “Si bien en Chile este no es un punto crítico, debido a que 73% de los empleados señala sentirse ‘a gusto’ o ‘muy a gusto’ con su trabajo, aún estamos bastante lejos de países como México, que durante el cuarto trimestre de 2015 alcanzó 81% de satisfacción laboral”, contextualiza Elena.
PUBLICIDAD
Otro factor que suele presentarse como motivador de cambio es considerar que las opciones de capacitación son escasas, puesto que “muchas personas esperan seguir formándose con el desarrollo de su actividad profesional, no obstante, esto no ocurre en todos los casos”.
Por otro lado, las ventajas de cambiarse de trabajo también son amplias. “Por ejemplo, llegar a un lugar nuevo ayuda a mantenerse activo, atento y, en gran medida, participativo. O, lo que es lo mismo, contribuye a que los empleados recuperen la motivación y la iniciativa”.
Además, la flexibilidad generada en las personas que se han ido moviendo de empresa se convierte en un factor diferencial respecto de los trabajadores que han permanecido vinculados durante muchas años a la misma compañía, asegura la experta. Sin embargo, aclara que hay que tener en cuenta la frecuencia del cambio, ya que si bien las organizaciones aprecian los perfiles dinámicos, también valoran la fidelidad y el compromiso.
“En un mundo laboral dinámico, cambiante y exigente, las empresas dan importancia a la multiplicidad de habilidades y a la capacidad de adaptación, lo cual queda de manifiesto en personas que han participado en diversos proyectos y realizado diferentes labores, características que también se pueden desarrollar trabajando en una misma compañía. Esto proporciona gran capacidad analítica -que una persona recién llegada aún no ha madurado- por lo que favorece la orientación de las labores a la obtención de resultados de la propia organización”, explica.
Por eso, las firmas tienen muy en cuenta a las personas que demuestran responsabilidad en su puesto y se sienten parte de la empresa y que aportan una visión estratégica que les permitirá optar a puestos de responsabilidad, concluye la experta.