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Aunque ganó, las consecuencias fueron muy graves. Es la historia de Anastasia Yankova, calificada por diversos medios como la “peleadora más bella” de artes marciales mixtas.
La rusa de 25 años de edad se enfrentó el pasado viernes a la estadounidense Veta Arteaga, a la que ganó por decisión dividida de los jueces: 29-28, 28-29 y 29-28.
Durante los 15 minutos que duró la brutal pelea ambas peleadoras dieron todo de sí. Tanto Yankova hizo alarde de su “espíritu ruso” como Arteaga de su fuerza.
El combate estuvo reñido, así lo muestra este video publicado por la peleadora rusa en su cuenta de Instagram, en el que hace un resumen de la pelea.
Sin embargo, lo que llamó la atención fue la magnitud de los golpes que recibió y que se pueden apreciar en el siguiente selfie también compartido a través de Instagram.
Traducción: “Estas son las Artes marciales mixtas, bebé”.
En la imagen se puede apreciar como el labio superior está inflamado, al igual que el notorio ojo morado, la nariz inflamada y de lado y heridas graves incluso en la oreja.
Siempre ha sido una peleadora
Anastasia Yankova inició en el mundo de los golpes desde muy niña. A los seis años empezó a practicar karate y para cuando era adolescente, ya era campeona de Thai Ruso.
Sin embargo, ella renunció a practicar kickboxing para iniciar en el mundo de las artes marciales mixtas en el año 2012. Incluso, fue aceptada en el equipo de capacitación de la la Academia Americana de Kickboxing, el cual está lleno de estrellas de MMA.
Durante un tiempo, la peleadora más bella se dedicó al modelaje; sin embargo, lo dejó para prepararse para Bellator, la competencia femenina de artes marciales mixtas.
“En un torneo, mis compañeros me dijeron que era demasiado bonita. Se preocupaban por mí. Me gustaría romperles la nariz porque me decían: ‘Usted es una muñeca Barbie, no se puede luchar’. La gente no tenía confianza en mí”, comentó al periódico australiano “News“.
Anastasia Yankova, la peleadora más bella de artes marciales mixtas, mostró la desfiguración que tuvo su rostro después de ganar un combate