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El presidente de Bolivia, Evo Morales, trasladó hoy el contencioso que mantiene con Chile por el acceso al océano Pacífico al Consejo de Derechos Humanos de la ONU al acusar a su vecino austral de violar las libertades fundamentales de sus compatriotas.
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El mandatario se dirigió hoy al Consejo de Derechos Humanos de la ONU y en su alocución se refirió exclusivamente a la falta de acceso de su país al mar y a los impedimentos que Chile implementa para dificultar la llegada de bolivianos al Pacífico.
«Un problema muy sensible que motiva mi presencia en este Consejo es el que vive mi país, en relación a las violaciones de los derechos humanos que sufren bolivianas y bolivianos, mujeres, hombres y niños, familias enteras que viven del trabajo de transportar mercancías y personas de Bolivia hacia las costas marítimas, cruzando territorio chileno para llegar a los puertos del Pacífico».
Morales relató de forma pormenorizada y con ejemplos dichos impedimentos a los que supuestamente están sometidos 1.600 vehículos bolivianos que transitan por las fronteras de Chile.
«Cientos de testimonios de bolivianas y bolivianos afectados, maltratados y víctimas de recurrentes violaciones a sus derechos humanos dan cuenta de prácticas racistas y discriminatorias por razón de nacionalidad. Todos los días se ejercitan en la frontera con Chile y en puertos chilenos», aseveró.
El presidente boliviano agregó que «no se trata de hechos aislados sino de prácticas regulares ejercidas por autoridades chilenas que dan cuenta de una política gubernamental de asedio y estrangulamiento permanente».
Tras el relato, Morales acusó directamente a Chile de violar los derechos humanos de sus conciudadanos.
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«Por todo lo expuesto está claro que el Gobierno y las autoridades chilenas violan de manera sistemática los derechos humanos de bolivianas y bolivianos transportistas en territorio chileno», dijo.
El mandatario afirmó que los «bolivianos sufren un trato denigrante y discriminatorio» por parte de las autoridades chilenas, y acusó a éstas de «fomentar la discriminación racial».
Concretamente, sostuvo que Chile viola la Convención de Tráfico Comercial de 1912; la Declaración de Arica de 1953 y el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y de Comercio de la OMC.
A pesar de esta situación «que desafía los principios más elementales de la Carta Fundamental de los Derechos Humanos y a las instituciones multilaterales responsables de garantizarlos», Morales dijo que «confía» en seguir el camino del «diálogo» para poder resolver las controversias entre ambos países.
En este sentido, explicó que había solicitado a las autoridades chilenas por carta una reunión para hablar de estas violaciones, pero que no había recibido respuesta.
Bolivia reclama la salida al mar desde hace decenios y hace tres años llevó el contencioso hasta los tribunales al presentar una demanda ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) en la que solicita que se obligue a Chile a negociar y concederle un acceso soberano al océano Pacífico, que perdió en 1879.
En septiembre del año pasado, la CIJ se declaró competente para dirimir el fondo de la demanda planteada en 2013 por Bolivia contra Chile.
Ambos países también están enfrentados en La Haya por las aguas del Silala, tras una demanda presentada por Chile este año, en la que pide al tribunal determinar si ese cauce es un río internacional que nace en Bolivia y discurre naturalmente hacia Chile o, como alega La Paz, es un conjunto de manantiales cuyas aguas son robadas por Chile a través de un sistema de canalización artificial.
Los dos países no tienen relaciones diplomáticas desde 1962, salvo un paréntesis de 1975 a 1978, por la falta de solución al reclamo marítimo boliviano, si bien mantienen consulados generales en La Paz y Santiago.
PUB/CM