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El presidente de Bolivia, Evo Morales, se planteó hoy aprobar este año la nueva normativa para regular por separado la producción de hojas de coca y la lucha antidrogas, que actualmente se encuentran dentro de una misma ley.
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El gobernante hizo el anuncio al clausurar un congreso de las seis federaciones de sindicatos productores de hojas de coca de la zona central del Chapare, su feudo sindical y político.
«La coca no puede seguir estando dentro de la Ley 1008 (Ley del Régimen de la Coca y Sustancias Controladas). Este año tenemos que separar la Ley 1008», señaló el mandatario.
La propuesta gubernamental apunta a reemplazar la ley antidroga vigente desde 1986 conocida como Ley 1008 con dos normas, una para tratar la producción de hojas de coca y otra para combatir la cocaína, que es el derivado ilegal de la planta.
La hoja de coca está protegida en Bolivia por la Constitución promulgada por Morales en 2009, que la considera «hoja sagrada» por la importancia cultural, ritual y medicinal que tiene para campesinos, indígenas, mineros y otros sectores sociales.
Aunque la planta tiene usos reconocidos legalmente, sobre todo la masticación de la hoja que realizan los indígenas, los cultivos también son desviados por el narcotráfico al contener alcaloides que permiten la producción de la cocaína.
Morales y los campesinos han planteado en los últimos años que debe reformarse la legislación antidroga para que el nivel de los cultivos de coca aceptado por ley suba de 12.000 a 20.000 hectáreas.
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Un estudio presentado en julio pasado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) señaló que los cultivos de coca en Bolivia se redujeron de forma neta apenas en 1 %, al pasar de 20.400 a 20.200 hectáreas entre 2014 y 2015.
En la reunión de los cocaleros de hoy, Morales fue elegido para volver a presidir las seis federaciones de cocaleros del Chapare por dos años más como viene haciendo desde hace casi dos décadas, aunque él asegura que se trata de una designación simbólica.
Los cocaleros también resolvieron insistir en que Morales sea su candidato en los comicios de 2019, pese a que las leyes vigentes no lo permiten y a que los bolivianos rechazaron mayormente en un referendo en febrero pasado una reforma constitucional para que el gobernante busque en esas elecciones un cuarto mandato hasta 2025.
El mandatario no se refirió directamente al tema, pero expresó su deseo de que el movimiento campesino y otras organizaciones sociales permanezcan en el Gobierno.
PUB/CF