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A través de WhatsApp se habría contactado Rafael Garay con una amiga para buscar difundir un mensaje para defenderse de las imputaciones por estafa y apropiación indebida del dinero de sus clientes.
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La carta que habría sido escrita por el prófugo de la justicia, estaría circulando en el grupo cercano de él, según consignó La Tercera.
«Ayúdame… soy Rafa…», empezaría la misiva.
Esta es la reproducción íntegra del mensaje publicado:
“Te pido ayuda para hacer llegar esta información a los medios y a la PDI. Muchas personas están interesados en dañarme y callarme, y hay toneladas de mentiras y falsedades en todos los medios. Prometiste ayudarme si lo necesitaba, solo te pido ayuda con la difusión de esto por favor, nada más.
Mi situación es muy delicada y responderé por el tema por el cual estoy siendo investigado en el ámbito de eventuales responsabilidades en la gestión de inversiones de 36 clientes aún pendientes -los clientes que ya recibieron todo, capital y ganancias sin cobro de comisión, no dirán nada por temas de impuestos, o por el natural temor de exponerse públicamente-, cuando sea oportuno y el trato justo.
Imagino que ya está acreditado que el dinero no salió de Chile, que dejé en manos de mi abogado todos los contratos y documentos de pago firmados, así que en ese ámbito se avanza en la dirección correcta, y es bueno que otros factores no contaminen dicho proceso, y que quede claro que salí del país sin el dinero señalado.
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Respecto a mi salud, no me referiré en esta oportunidad. Aportaré antecedentes de médico tratante, y lugar y motivo de hospitalización en Chile, para que pueda ser acreditado por medios y por la PDI, cuando lo considere relevante, y cuando se hayan aclarado otros aspectos que me preocupan más en este momento.
Mi familia -madre, abuela, hermanos, tíos, primos y sobrinos-, mias (sic) amigos -Bárbara Briceño, José Luis Jara, Alexis Osses, Sebastián Gajardo, Ricardo Paul, Erwin Ide, Carolina Fuentealba y Javier Latorre, entre otros- y empresas e instituciones en que trabajé y asesoré, son todos inocentes de cualquier cargo o posible responsabilidad, y toda eventual acción o eventual responsabilidad deben recaer, de ser procedentes, sobre mi persona exclusivamente.
Pero primero, debo terminar con la campaña de mentiras y presiones que dificultan un proceso justo, al hacerse la opinión pública un juicio basado en mentiras, sobre las cuales ya me ha condenado. Hay muchas mentiras para tratar debilitar una eventual defensa justa -y sé por qué se han generado-, y quiero empezar a responder punto por punto, ya que hay diferentes personas tratando de silenciarme, otras tratando de afectar mi imagen para destruir mi credibilidad frente a otros temas mucho más relevantes, personas tratando de victimizarse y otras intentando beneficiarse de todo esto.
Solicito tu ayuda para hacer llegar esta información, tanto a los medios de comunicación como a la PDI. De generarse condiciones para un justo proceso, pronto colaboraré con la justicia en Chile”.
En la misma publicación de La Tercera, Rafael Garay detalla a través de la supuesta carta que su ex pareja Antonella Torelli “omitió que estoy con una depresión muy profunda, la que he tenido por más de 10 años -como pronto acreditaré- y que el día en que escribí en mi Facebook me inyecté 20 ampollas de insulina (compradas en un sitio de internet) para intentar quitarme la vida, lo que no resultó como esperaba”.
“Ella estaba al tanto de que yo dejaría el país, por temas de salud y otros eventuales problemas, al menos por un tiempo para ordenarme. Miente al decir que no sabía nada, lo conversamos varias veces”, dice en la misiva.
Garay asegura en la carta que le habría dejado a su ex pareja unos $ 71 millones en dinero y en especias.
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