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Situación penitenciaria en Chile: cuando la realidad supera a la ficción

Según la “Encuesta nacional de percepción de calidad de vida penitenciaria”, el trato a los internos es uno de los aspectos más urgentes por cambiar. Hacinamiento, altas tasas de suicidio y reincidencia, son sólo algunos de los problemas presentes al interior de los centros penitenciarios de nuestro país, cruda realidad que los medios hoy están dispuestos a enseñar.

Canal 13 alza la voz tras crítica a programas grabados en cárceles

La semana pasada,  el vocero de la Asociación Nacional de Funcionarios Penitenciarios, Óscar Benavides criticó  el tratamiento y el material exhibido por los docu-realities «Alerta Máxima», de Chilevisión, y «Nadie está libre», de Canal 13. Estos dos programas se centran en relatar historias dentro de centros penitenciarios. Ante estas declaraciones, Canal 13 contestó con un comunicado, describiendo la dinámica del docureality, destacando que  “la experiencia consiste en visitar la cárcel, con el objetivo de conocer la dinámica interna y la cotidianeidad de quienes están ahí. Trabajamos con la autorización de los padres, de los jóvenes, de Gendarmería y de los propios internos”.

Pero Canal 13 y Chilevisión no han sido los únicos que en el último tiempo han abordado este tema desde los relatos y las historias de los reos. Hace un par de meses, el periodista Diego González, lanzó el libro “Fuego en la cárcel de San Miguel”, donde  a través de una investigación periodística, reconstruyó la cadena de sucesos que llevó a la muerte de 81 reos en la cárcel de San Miguel, hace ya casi seis años atrás. Publimetro conversó con González, quien manifestó que una de las principales motivaciones para escribir este libro fue “exponer la realidad de un caso, por el cuál aún no se ha hecho justicia”.  El escritor quiso exponer estos hechos, porque cree que “lo más probable es que esto vuelva a suceder, que vuelva a pasar un incendio o una tragedia dentro de las cárceles” y señala que “la realidad carcelaria es un subproducto del control social y el orden determinado por el Estado, en ese sentido todos somos responsables”.

Las cifras.

La cifras de hacinamiento, malos tratos y suicidios en los centros penitenciarios chilenos son altísimas. Un 31,5% de las muertes ocurridas al interior de los recintos penales se deben a situaciones de violencia entre internos, mientas que otro 25% de las muertes corresponden a suicidios, según el estudio “Descesos en el sistema penitenciario: una descripción preliminar por tipo de muertes”. El fenómeno de los suicidios al interior de las cárceles es un problema mundial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que “el suicidio es con frecuencia la causa individual más común de muerte en escenarios penitenciarios”.

Otras encuestas, sobre calidad de vida al interior de los centros penitenciarios chilenos, consideran que el aspecto más urgente a cambiar es el trato a los internos. Aunque la sociedad sigue prefiriendo la prevención, que el castigo. Esto según el estudio “Justicia y cárceles”, del Instituto de Investigación y Ciencias Sociales de la Universidad Diego Portales (ICSO UDP), donde se especifica que el 54,3% de la muestra cree que las cárceles no son la mejor forma de rehabilitar delincuentes. Al preguntar sobre las mejores alternativas para disminuir la delincuencia, las principales escogidas por la población fueron las de tipo preventiva, como por ejemplo: más empleo, más educación, mejores tribunales, entre otras; por sobre las represivas. La opción “mejorar las cárceles” obtuvo un bajo porcentaje de preferencias ciudadanas con sólo un 12%.

Respecto a los proyectos de ley sobre el sistema penitenciario chileno, que están en trámite legislativo en la Cámara de Diputados, el 29 de septiembre la Corte Suprema señaló que “Si bien resulta evidente que la intención del legislador apunta en el sentido correcto, al intentar dotar de mayor base técnica a los informes que anteceden a la tramitación de la libertad condicional, una reforma como la propuesta arriesga a perderse en la irrelevancia o en la insignificancia, al verse confrontado por una realidad penitenciaria en que los recursos humanos y materiales escasean”. Esto fue expresado en el informe que envió a la Cámara Baja, donde se refiere a uno de los cuatro proyectos de ley pendientes.

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