Si bien hay muchas sustancias estimulantes que se usan para fines recreativos, cuando las personas se hacen adictas a estas, terminan destruyéndose. Y es mucho peor cuando son menores de edad en condiciones vulnerables o de pobreza. Porque es más difícil tratarse debido a la escasez de recursos. Y porque no se cuentan con herramientas para ayudar a la persona en cuestión.
Esto pasó con Miriam, una mujer de Tucumán, Argentina. Su hijo es un adicto. No tiene cómo tratarlo. No tiene cómo ayudarle. Y no pudiendo hacer más, lo encadenó a la cama para evitar que saliera a consumir paco o bazuco, como le dicen en algunos países.
“Prefería que mi hijo estuviera encadenado y no encontrarlo muerto en la calle”
Eso dijo la mujer en una entrevista, citada por el periódico argentino “El Clarín”. El niño comenzó a consumir sin que ella se diera cuenta. Y cuando lo descubrió, ya no había nada que hacer. Todos los días tenía que consumir. Si se descuidaba, él desaparecía y estaba en los peores lugares de la ciudad. Ahí se drogaba toda la noche.
Y es que ella intentó de todo. Pus orejas en la casa, lo dejaba encerrado. Nada funcionó. Incluso, él escapó rompiendo una pared. Y fuera de eso, vendía todo lo que encontraba: zapatillas de sus hermanos, ollas, vasos, platos y hasta el horno microondas. Todo para financiar su adicción.
Ella, desesperada, le preguntaba: ¿Qué puedo hacer?. Y él solo contestaba: “No puedo. Es más fuerte que yo”. Y lloraba.
Ahí fue cuando se le ocurrió atarlo a una cama. Le puso un candado y una cadena. Ahí intentaba que se alimentara, pero el muchacho no probaba bocado. Y así, este volvió a caer. Ya tenía los dedos quemados y una infección en la cara.
“La droga arruinó mi vida”, expresó la compungida madre. “Le pido a alguien de arriba que nos dé la mano. Que no se haga el de la vista gorda, ya que es una gran problemática”, expresó.
El joven fue trasladado a una clínica de rehabilitación en Córdoba.
Una madre argentina, desesperada por no poder tratar a su hijo, adicto a las drogas, tuvo una solución extrema. El muchacho solo tiene 14 años.