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El polémico magnate y ahora candidato a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, puede significar un desastre para el Partido Republicano. Al video publicado el pasado viernes en el que Trump fanfarroneaba sobre sus dotes masculinos y su poder con las mujeres, se suma la acusación de dos personas por agresión sexual hecha este jueves. Su discurso, dirigido principalmente hacia los blancos, está uniformando al electorado republicano para estas elecciones, lo que puede provocar una fuga de votos hacia Hillary Clinton.
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El sector tradicional del GOP (como se le conoce al Partido Republicano) ya se ha desmarcado de su candidato, ratificado en la convención de julio, y está intentando aplicar una estrategia de control de daños. Esta consiste en esforzarse en mantener el control del Congreso, el cual lideran desde 2014 en ambas cámaras con 54 de 100 senadores y 246 de 435 diputados, la mayoría más amplia desde la Segunda Guerra Mundial. Así, durante los últimos 8 años, los diputados republicanos han votado en contra de la agenda del demócrata Barack Obama, boicoteando por ejemplo su intención de regular la venta y posesión de armas en Estados Unidos.
A pesar de esto, y a pesar de lo que dicen las encuestas, la elección aún no está cerrada en favor de Hillary Clinton. Y si es que gana, Clinton, su equipo y los demócratas saben que un Congreso republicano significaría otros 4 años de luchas por aplicar su plataforma, calificada como la más progresista en mucho tiempo. Los constantes ataques de Trump contra la candidata demócrata podrían afectar al electorado demócrata, lo que significaría una pérdida de votos para sus candidatos al Congreso, explica Elizabeth Sherman, profesora de Política Estadounidense de la Escuela de Asuntos Públicos de la American University de Washington, D.C.
“Los demócratas están en peligro, créanlo o no, por la estrategia de Trump de atacar a Clinton”, dice Sherman. Y agrega: “Está generando entusiasmo entre los electores más conservadores, racistas y antiinmigrantes, diciéndoles que esta elección será robada si es que ellos no votan. La campaña de Clinton y los demócratas podría ganar con una campaña aterrizada, que estimule a los votantes independientes, e incluso a algunos republicanos, a votar por ellos”.
John Zogby, socio fundador de John Zogby Strategies, tiene una opinión diferente al respecto de la estrategia demócrata. “Lo mejor que pueden hacer los demócratas es hacerse a un lado y dejar que los republicanos se maten entre ellos. En una situación como esta, hacer nada es probablemente lo mejor para ellos”. Por el silencio que ha mantenido Hillary en los últimos días, pareciera ser que esta es la opción que están tomando los demócratas.
PUB/FHA