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Michelle Obama tilda de “depredador sexual” a Donald Trump: “Esto no es normal, es vergonzoso”

“No importa a qué partido pertenezcas, ninguna mujer merece ser tratada de esa forma. Nadie merece este tipo de abuso”, sostuvo la primera dama estadounidense.

La primera dama estadounidense, Michelle Obama, acusó este jueves a Donald Trump de tener una conducta de «depredador sexual» por sus comentarios sobre mujeres, pero el magnate se defendió tachando las acusaciones en su contra de «totales mentiras».

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«Esto no es normal, es vergonzoso. Es intolerable. No importa a qué partido pertenezcas, ninguna mujer merece ser tratada de esa forma. Nadie merece este tipo de abuso», dijo Obama en un mitin para la candidata demócrata Hillary Clinton en New Hampshire.

«Esto no fue una conversación de vestuario. Esto fue un poderoso individuo hablando libre y abiertamente sobre conducta de depredador sexual», añadió.

Abogada graduada en la prestigiosa Universidad de Harvard, la esposa del presidente Obama fue una de las estrellas de la convención demócrata al pronunciar un discurso sobre la trayectoria de la población negra en Estados Unidos, pero la indignada furia que mostró este jueves electrizó a la multitud, enviando un mensaje de hermandad entre mujeres ante el sexismo y la violencia de género.

Su cargado discurso fue también un nuevo hecho  contra la accidentada campaña del republicano Trump, que intenta atajar un espectacular escándalo desde el viernes, cuando se divulgó la grabación de una conversación mantenida en 2005 y en que se jactaba de usar su condición de celebridad para abusar mujeres.

Trump se disculpó, señalando que solo fue una «conversación de vestuario» y negó haber acosado sexualmente a mujeres.

Pero desde entonces, acusaciones han salido a la luz de al menos seis mujeres, que afirman haber sido víctimas de embestidas y agresiones de índole sexual por parte de Trump.

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En un caso reportado por el New York Times, una mujer dijo que Trump la manoseó cuando estaba sentado junto a ella en un vuelo, hace más de tres décadas.

La segunda afirmó que el magnate la besó sin autorización en la boca en uno de sus edificios de negocios en Nueva York en 2005.

«Totales mentiras» 

Pero el magnate de 70 años descartó las acusaciones como «totales mentiras», desviando la culpa a los «medios mentirosos».

«Estos ataques están orquestados por los Clinton y sus aliados en los medios», dijo Trump ante un público principalmente blanco y no muy joven en West Palm Beach.

La campaña de Trump tachó de «difamatorio» el artículo de New York Times y amenazó con acciones judiciales.

«Su artículo es temerario, difamatorio y constituye calumnia per se», escribió el abogado del candidato Marc Kasowitz en una carta al diario, tildándolo de un «esfuerzo motivado políticamente para derrotar la candidatura de Trump».

En contraposición, Clinton, que acumula el apoyo de periódicos, el último este jueves por el Washington Post, enmarca la oposición a Trump como un deber moral.

«Las mujeres tienen el poder de detener a Trump», dijo en Twitter la ex secretaria de Estado, sabiendo que los sondeos muestran una marcada diferencia entre los votantes masculinos que prefieren a su rival y las electoras mujeres que en su mayoría la apoyan.

Trump, que critica a los medios por no reportar suficientemente para su gusto sobre las revelaciones negativas en Wikileaks sobre Clinton, reiteró que la demócrata debe ir a prisión.

«Debe estar encerrada», señaló, llamando a Hillary y su esposo, el expresidente Bill Clinton, de «criminales».

«Cualquier que desafíe su control es condenado como sexista, racista, xenófobo y moralmente deformado», alegó. «Te atacarán, te difamarán y tratarán de destruir tu carrera y tu familia», añadió.

«Como un pulpo»

La campaña del millonario, que marcha detrás de Clinton en los sondeos nacionales a 26 días de los comicios, está en ascuas tras la difusión el viernes del explosivo video, en el que se jacta de agarrar a mujeres por sus genitales.

Varios dirigentes del partido Republicano retiraron su apoyo al magnate y el legislador republicano de mayor rango se resigna a que los demócratas seguirán ocupando la Casa Blanca por cuatro años más.

Las nuevas acusaciones solo echan más combustible a la polémica.

Rachel Crooks, actualmente de 33 años, relató que en 2005, al encontrarse con Trump en uno de sus edificios de negocios en Nueva York, el ahora candidato presidencial al presentarse comenzó a besarle las mejillas y luego la besó en la boca.

De su lado, Jessica Leeds, quien ahora tiene 74 años, afirmó que hace casi tres décadas, durante un vuelo, Trump se aprovechó de su proximidad en los asientos para manosearla.

«Era como un pulpo. Sus manos estaban en todas partes», dijo al diario.

Pero algunos en el campo de Trump no se conmiseran.

«Eso fue hace 30 años. A nadie le importa», dijo este jueves Gerard Wood, un jubilado de 60 años, en West Palm Beach.

PUB/CM

 

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