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Cuatro escaños. Eso es lo que necesita conseguir el Partido Demócrata para pasar a controlar el Senado de Estados Unidos. Y mantener todos los escaños que ya tiene. Uno de ellos está en Nevada, donde el senador republicano Joe Heck compite por la reelección. El viernes pasado, después de que se conocieran varios videos y casos que evidenciaban agresiones sexuales por parte de Trump, Heck anunció que le retiraba su apoyo.
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“Mi esposa fue víctima de abuso doméstico en una relación anterior. Así que la decisión que he tomado es absolutamente personal”, dijo Heck. En Nevada está Las Vegas, donde se realizará el debate presidencial de esta noche y en donde se espera que Hillary Clinton tenga una estrategia defensiva. Al igual que en los dos debates anteriores, donde ha respondido a los dichos de Trump con sonrisas.
Pero Clinton sabe que necesita el control del Congreso para poder implementar la plataforma de su partido. Sabe que estará en Nevada, justamente uno de los estados en los que ha concentrado sus esfuerzos para ganar la elección, por lo que no sería extraño que toque el tema de las acusaciones en contra de su rival. Nevada es uno de los estados llamados “swing”, en donde el 42 por ciento del electorado es blanco sin educación. El 48 por ciento restante son blancos educados, latinos, hispanos, asiáticos y otros.
Según RealClear Politics, la candidata demócrata al Senado, Catherine Cortez Masto, aventaja a Joe Heck por 2,3 puntos porcentuales. La tendencia se revirtió, justamente, el sábado 15 de octubre pasado, después de la peor semana para la campaña de Trump: hasta el jueves 13, la ventaja de Heck era de 2,5 puntos porcentuales.
Hillary Clinton lidera en las encuestas en Nevada, según RealClear Politics. Le saca 4,2 puntos porcentuales de ventaja al candidato republicano, Donald Trump.
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