El Parlamento de Venezuela, de mayoría opositora, inició este domingo una sesión especial para tomar decisiones ante la suspensión del proceso de referendo revocatorio contra el presidente Nicolás Maduro, cuyos adversarios consideran una ruptura de la democracia.
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El presidente de la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, dio por abierto el debate que tiene como punto único «la restitución del orden constitucional y la democracia», y que incluye la posibilidad de abrir un «juicio político» contra Maduro.
«En Venezuela se ha dado un golpe de estado continuado. Venimos a oficializar ante el mundo entero que hubo una ruptura del orden constitucional», dijo desde la tribuna el jefe de la bancada opositora, Julio Borges, mientras desde el hemiciclo los diputados opositores gritaban «el pueblo se respeta».
Al leer el orden de los debates, Ramos Allup aseguró que también se abordará lo que llama un «abandono del cargo» por parte de Maduro, de gira por Medio Oriente, y el álgido tema de la supuesta doble nacionalidad, venezolana y colombiana, del presidente, que según la oposición lo inhabilita para ejercer el cargo.
Efectivos de seguridad resguardaban la sede de la Asamblea Nacional, en el casco histórico de Caracas, en cuyas afueras se concentraron grupos de seguidores del gobierno.
Los chavistas abuchearon y lanzaron algunos objetos a los diputados que ingresaron a la sede parlamentaria y gritaban consignas: «No hay referendo», «Esta Asamblea va a caer».
«La Asamblea Nacional asume la responsabilidad histórica de restituir la democracia y la justicia para el pueblo venezolano. Es imposible quitarnos el derecho a elegir el futuro que merecemos», manifestó Borges.
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La suspensión del referendo aumentó aún más la tensión política en el país petrolero, que además enfrenta una severa crisis económica, con escasez de alimentos y medicinas de 80%, según estimaciones privadas, e inflación calculada en 475% por el FMI para 2016.
– Tensión al tope –
Maduro, de gira por Medio Oriente en busca de acuerdos para estabilizar los precios petroleros, ha llamado a la calma tras la decisión del CNE. El gobernante está en Arabia Saudita, tras visitas a Azerbaiyán e Irán.
La alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) convocó para el miércoles a una movilización nacional y advirtió que «llegó la hora» de definiciones, después de que el poder electoral pospusiera hasta nuevo aviso la recolección de cuatro millones de firmas necesarias (20% del padrón de votantes), último paso para convocar la consulta.
El Consejo Nacional Electoral (CNE), al que la MUD acusa de estar a merced del gobierno, paralizó el proceso de referendo argumentando que acataba fallos judiciales de tribunales regionales, que anularon por supuesto fraude un recaudo previo de firmas.
Como parte de la respuesta de la MUD, cientos de mujeres marcharon el sábado por estratégicas vías de Caracas, encabezadas por Lilian Tintori, esposa del opositor Leopoldo López, en prisión, y otras dirigentes como la exdiputada María Corina Machado.
En rueda de prensa, el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, denunció el sábado que las protestas opositoras y la sesión dominical del Parlamento responden a un plan para dar «un golpe de Estado».
«Fue encontrada información de un plan que no tiene otra cosa que un carácter subversivo», aseveró Cabello, advirtiendo que «bajo ninguna circunstancia nosotros nos vamos a dejar tumbar».
Los oficialistas han amenazado con promover el levantamiento de la inmunidad parlamentaria y la ilegalización de la MUD como agrupación política. «Apenas estamos empezando», aseguró Cabello.
– Preocupación internacional –
Entre la creciente conflictividad, el gobierno se declaró listo para que delegados suyos y de la oposición se reúnan por separado este fin de semana con una misión internacional que lidera el exjefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero para entablar un diálogo.
Cabello aseguró que Caracas aguarda por la inminente participación de un enviado del papa, aunque el arzobispo venezolano Baltazar Porras -recientemente elevado a cardenal- dudó que estuvieran «dadas las condiciones» para una pronta visita del emisario del Vaticano.
El sábado, doce países de la Organización de Estados Americanos (OEA), entre estos Argentina, Brasil, Uruguay, Colombia, México, Chile y Costa Rica, expresaron «preocupación» e instaron al gobierno de Maduro a hallar vías de diálogo.
En tanto, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, llamó a una nueva mediación internacional, al considerar que los esfuerzos de la misión de Rodríguez Zapatero no han logrado «impedir la ruptura institucional».
Ramos Allup anunció el viernes que dirigentes de la MUD viajarán «en los próximos días» a Washington para pedir a Almagro que aplique la Carta Democrática Interamericana a Venezuela, que prevé sanciones en casos de ruptura del hilo democrático.
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