Las últimas lluvias en la capital han sorprendido a muchos con tenida primaveral y pocas prendas de abrigo. Y aunque el cambio metereológico resultó extraño cuando ya las temperaturas superaban los 25 grados, lo cierto es que este fenómeno es bastante común para esta estación tan luminosa como fluctuante.
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La médico salubrista y encargada del Programa de Salud Pública de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Central, Nelly Baeza, recomienda tomar ciertas precauciones para no caer ante las enfermedades respiratorias que pueden aparecer en primavera.
“Las oscilaciones térmicas durante el día nos obligan a vestirnos por capas para mantener una temperatura adecuada; los niños y ancianos también deben conservar la temperatura y no sobreabrigar. Los grupos de riesgo, como niños, ancianos y personas con necesidades especiales, deben evitar los cambios bruscos de temperatura”, afirma la facultativa.
Aunque en esta ocasión las precipitaciones no fueron lo suficientemente intensas para generar problemas de aislamiento o dificultades de traslado, “siempre es aconsejable mantener seco el hogar, sin exposición al frío y la humedad, ya que ello atrae las infecciones respiradores, siendo la más grave de ellas la neumonía”, profundiza la doctora Baeza.
Además, al prever un frente de mal tiempo, es necesario considerar la zona geográfica y arquitectura de donde se habita; así, por ejemplo, en el norte, donde prevalecen los techos planos por la escasez de lluvias, puede existir una mayor vulnerabilidad ante una potencial lluvia. También es muy relevante conocer si la vivienda está construida cerca de un curso natural de agua.
De igual modo, siempre es necesario disponer de una ración de agua y alimentos suficientes para varios días, en caso de que una lluvia pudiera transformarse en emergencia.
PUB/SVM