Giovanni Eastwood hubiera tenido un muy triste final a sus seis años de edad. Su madre lo encerró en el ático y lo dejó casi morir de hambre en el ático, en agosto de 2010. Ahí lo rescató la Policía. Pesaba solo 10 kilos (20 libras), cuando su caso se descubrió en el condado de Johnson, Kansas.
El pobre muchacho, malnutrido, estaba cubierto en sus propios excrementos. Sus huesos eran visibles. Ahora tiene 13 años y su madre, Rachel Perez, fue condenada a ocho años de prisión. Nunca dijo por qué le hizo a su hijo tal cosa. Nunca le dijo a su familia, de hecho, por qué escondió al niño en primer lugar.
De esa manera, trató de ocultárselos de manera que comenzó a levantar sospechas. De hecho, inventó excusas para inventar su ausencia.
Solo fue porque la abuela del niño alertó a la Policía, que descubrió todo. Ella estaba preocupada por él, ya que no lo veía por ningún lado. Las autoridades solo lo hallaron cuando oyeron un ruido saliendo del ático.
Cambio de vida
Ahora Giovanni “Govi”, pesa 49 kilos (101 libras) y fue nombrado ciudadano honorario por el Departamento que lo rescató. Ahora vive con su tía Stacy y su tío Joe Eastwood. Ellos dos lo adoptaron a él y a sus hermanitas dos años después.
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Cuando fue encontrado, estaba herido. Tenía múltiples heridas. No podía ni caminar ni hablar. Se le diagnosticó Síndrome de Down.
Su historia conmovió a Estados Unidos. El niño, ya en buenas manos, dormía en el suelo y si alguien se le acercaba, pedía que no le pegaran. Pero luego de terapia intensa, amor y apoyo de su familia, se recuperó. Ahora vive una infancia feliz con sus hermanos y hermanas, reportó el portal Kansas City Star.
El pequeño niño Govi Eastwood hubiera muerto a los siete años en las condiciones más crueles. Pero todo cambió cuando lo rescató la Policía.
