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Huertos urbanos: ahorro en comunidad o en tu balcón
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La alimentación sana muchas veces es más cara que comer comida chatarra. En parte, ese es uno de los factores por lo cual los índices de obesidad siguen aumentando a nivel mundial. En nuestro país la realidad es bastante similar, por lo que ciertas comunidades han comenzado pequeños proyectos de huertos comunitarios dentro de sus juntas de vecinos. Según la Universidad de Talca, cultivar tus propios alimentos a través de huertos urbanos puede generar un ahorro de entre 40 y 100 mil pesos mensuales, dependiendo del tamaño del huerto y de la época del año.
Proyecto en África
Entendiendo la importancia de una alimentación sana y el impacto económico que genera el auto cultivo de los alimentos, la fundación chilena «África Dream» impulsó un proyecto que creo un huerto comunitario en la localidad de Sichili, ubicada al oeste de Zambia. «África Dream» nació el 2005, teniendo desde entonces el objetivo de mejorar la calidad de vida de distintas comunidades del África subsahariana, enviando capital humano. Fue en este contexto que el agrónomo Darío Mujica viajó a Sichili, donde compartió con la comunidad y les entregó los conocimientos necesarios para que cultivaran su propio alimento.
El agrónomo de la Universidad Católica relató a Publimetro que el huerto estaba en el colegio de Sichili. «El proyecto nace como respuesta a los problemas de nutrición que había en el lugar, especialmente en los niños. Además, el colegio estaba muy interesado en enseñar habilidades y técnicas de agricultura a sus alumnos para que cuando volvieran a sus aldeas las pudieran replicar«, comentó el especialista.
Las clases sobre cultivo se realizaban a los alumnos de lunes a jueves, y los viernes se realizaba un taller para los agricultores de los alrededores. Durante las mañanas Darío Mujica visitaba los huertos de la gente. «Les enseñábamos conceptos básicos que los ayudaban a producir mejor sus alimentos. Como la rotación de cultivos y usos de abonos naturales. También les mostramos otras hortalizas para que tengan una alimentación más diversa«, comentó a Publimetro el ingeniero agrónomo, destacando que «toda la enseñanza se enfocaba en que tengan una mejor nutrición».
Impacto en la calidad de vida
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Uno de los principales objetivos de este proyecto era que los habitantes de Sichili pudieran diversificar un poco más su dieta. «Allá en Sichili, el alimento principal es el maíz, que lo complementan con verduras cuando pueden», señaló el ingeniero agrónomo Darío Mujica. Los habitantes de dicha localidad muchas veces no tenían con qué complementar su alimentación, lo que hace que sufran de muchos problemas de nutrición. «Y si querían ir a comprar al mercado, era muy difícil, porque las hortalizas son muy caras, y la gente no tiene ingresos», agregó el profesional.
El difícil acceso a una alimentación sana no es un tema lejano para nuestro país. Si bien, tenemos casi nulas tasas de desnutrición, nuestra población sufre de problemas producidos por alimentación incorrecta, debido a que la comida chatarra y poco nutritiva es mucho más barata que las opciones más sanas. Según Darío Mujica el proyecto que aplicaron en África podría replicarse en Chile, pero con otro enfoque.
«Los problemas de alimentación de Chile son distintos a los de Zambia. En Sichili el problema está en que no hay más alimentos disponibles. Acá en Chile tenemos los alimentos pero no nos alimentamos en forma sana. Replicar un modelo así en sectores urbanos trae además otros beneficios: nos ayuda a liberar estrés, nos saca de la rutina y nos hace salir del movimiento de la ciudad y encontrarnos con el medio ambiente y la naturaleza», señaló el ingeniero agrónomo.
La alimentación saludable sigue subiendo de precio, por lo que el auto cultivo puede ser una buena opción para los sectores menos acomodados del país. Sobre el rol que debiesen jugar las autoridades en este tipo de iniciativas, el especialista señaló que «se deberían hacer programas a nivel de colegios donde se enseñe a los alumnos a que produzcan sus propios alimentos y así puedan relacionarse más con el medio ambiente». Esto no sólo contribuiría a tener una alimentación más sana y a mejorar la economía del hogar, si no que también tendría un impacto respecto a la huella de carbono producida por el procesamiento de alimentos industriales.