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Columna de Nicolás Copano: ¿Qué va a pasar?

No hay nada peor que la incertidumbre. La incertidumbre es una isla en medio de la nada donde vendrá un tsunami o peor aun: habrá quietud. Pero tú sabes que tarde o temprano se acaba.

Vivimos en un mundo salvaje. Nos tocó vivir a los que fuimos niños en los 90 la mejor epoca: el mundo se abría a la globalización, la tecnología hizo avanzar a pasos agigantados aparatos que cambiamos año a año y, finalmente, hasta encontramos nuevas formas de comunicarnos y adquirir una identidad gracias a eso. Somos la generación que conoció al otro desde internet, ya sea en un salón de chat o en un mensaje por Telegram.

Vimos un mundo maravilloso en crecimiento. Vimos archivos que el resto no pudo. Aprendimos bien, nos alimentamos mejor que los otros. Todas nuestras expectativas, fríamente, fueron y son mejores que las de las generaciones anteriores.

Pero llegamos a un punto límite en ese proceso.

Donald Trump es el presidente de la nación más poderosa de la tierra y eso cambia el juego. Si durante todas estas décadas los ideales de progreso estaban ante todo, eso se da vuelta. Por primera vez tenemos un hombre dispuesto a retroceder valores y estructuras (pone a un supremacista blanco como parte de su comité de comunicación en una provocación abierta a las minorías) económicas y sociales.

Aca en Chile no estamos muy lejos de eso. Y no es Guillier quien me preocupa (como sí preocupa a varios miembros de la élite) sino más bien un voto oculto que está muy cansado y se podría levantar a favor de un llamado a un shock furioso.

Hay un hombre blanco heterosexual en Chile cuya moral y masculinidad está quebrada. Es un chileno como todos, quizá es su hijo o su hermano o usted. Ese chileno estudió en un colegio, llegó al instituto o universidad (privada) y salió. Ahora no encuentra pega en lo que le dijeron que iba a tener y no sólo tiene una deuda, sino también mucha rabia que expresa a través de las redes sociales o borrándose en alcohol fin de semana por medio. Está aburrido de que le adoctrinen. Está aburrido de los políticos y de todos los políticos. Está harto de no ganar. Está aburrido de que lo traten mal estos snobs de Providencia que la pasan tan bien. Desconfiando de los inmigrantes y de todo lo distinto, viene por todo.

Es cosa de que le prendan el discurso. Porque “siempre hay una solución” y si esa solución pasa por tomar decisiones que dañan gente, las van a tomar.

Pero, bueno, mientras ellos están ahí enojados con blogs que los aleonan (que les dicen “la dura” pero en realidad son insultos y agresiones igual que Breitbart News en Estados Unidos) acá no han visto todavía el tamaño de la pesadilla que viene. Y se siguen peleando las izquierdas por quién es más de izquierda y las derechas por quién tiene más dólares.

Ja. A mí me da risa cuando dicen “Guillier es la amenaza” porque no es de su club de amigos.

Puede venir algo peor. Realmente peor. Y acá aún no se lo toman en serio por culpa de sus egos.

El odio puede traer más odio todavia. Pongan ojo.

Las opiniones expresadas aquí no son responsabilidad de Publimetro

 

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