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¿Podría Donald Trump ser destituído?

Antes de que haya tomado posesión como el 45º presidente de EE UU, Donald Trump está en el ojo del huracán y muchos analistas comienzan a valorar la posibilidad de un “impeachment” o juicio político que podría acabar más pronto que tarde con la presidencia del magnate.

En EE UU, la posibilidad de impeachment (proceso de impugnación) a un presidente, vicepresidente y cualquier cargo público civil está recogida en la Constitución desde su aprobación, en 1789. El proceso, originado de las leyes coloniales inglesas, puede impulsarse ante lo que se consideren casos de «traición, soborno, altos delitos o faltas».

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La Constitución concede a la Cámara de Representantes la votación inicial de cualquier proceso de destitución. Si es aprobada por mayoría, el proceso se traslada al Senado. Para aprobarse, es necesario el voto a favor de dos tercios del Senado.

Solo ha habido dos impeachments a un presidente en la historia de EEUU, ambos del Partido Demócrata: en 1868, a Andrew Johnson, y en 1998, a Bill Clinton. Ambos procesos fueron aprobados por la Cámara de Representantes, pero rechazados por el Senado. En 1974, el Congreso iniciaba los preparativos a un impeachment al presidente Richard Nixon cuando el republicano presentó su dimisión por el escándalo del caso Watergate.

El catedrático e historiador estadounidense Allan Lichtman predijo semanas atrás que el republicano Donald Trump ganaría las elecciones presidenciales de EEUU, el pasado 8 de diciembre del 2016. Y acertó con base en el estudio complejo de 13 variables.

Lictman, quien lleva 30 años prediciendo con acierto los resultados electorales en EEUU,  lanzó otro pronóstico  a doce días después del triunfo tan controvertido del magnate: Asegura que el multimillonario será destituido. Lo hace en una entrevista que concedió al diario madrileño  El País.

¿Y qué motivos tiene para avizorar una salida así, impensable en la democracia estadounidense? No se basa, señala, en ningún tipo de análisis. Pero mencionada dos razones para un giro tan abrupto.

-Una: » Trump es una persona incontrolable, una bala perdida. Eso no gusta a los republicanos del Congreso. Están nerviosos, ninguno sabe realmente el tipo de políticas que él apoya». Ellos preferirían ver al predecible y conservador Mike Pence, el vicepresidente electo, a cargo de la Casa Blanca, anota.

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-Y dos: «Trump ha mostrado numerosas veces ser alguien que respeta poco la ley». Y menciona algunos ejemplos de supuestas violaciones legales cometidas por el ahora Presidente electo. «El Departamento de Justicia demostró que discriminaba contra afroamericanos en los procesos de contratación en sus compañías», es uno de los casos. «Trump también violó el embargo de Cuba cuando eso era un delito serio», señala sobre otro de las supuestas incorrecciones del empresario.

-Igualmente, Lichtman menciona que «12 mujeres han alegado que él les acosó sexualmente, alguna de ellas podría denunciarle. Y no olvidemos que fue la denuncia de Paula Jones la que abrió la puerta al ‘impeachment’ de Bill Clinton”.

El futuro en la Casa Blanca  de Trump dependerá mucho de su capacidad de tener a republicanos de diferentes corrientes contentos y no tocar demasiado el «statu quo».

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