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DiarioPyme.com/EFE
La desigualdad de ingresos se mantiene en un nivel récord en la mayoría de países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), indicó este jueves ese organismo.
La entidad señaló que la recuperación de la situación económica desde 2010 no ha traducido en una disminución de la disparidad entre los hogares más ricos y los más pobres. Y en este ranking Chile vuelve a aparecer mal parado.
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La Ocde señala que nuestro país marca el índice Gini más alto con 0,465, superando a México (0,459) y Estados Unidos (0,394).
En la vereda opuesta se ubican Islandia (0,244), Noruega (0,252) y Dinamarca (0,254), países que mostraron la menor brecha entre los que tienen más y menos recursos.
Cabe recordar que el índice Gini va del 0 a 1 y aquellas naciones que están más cerca de esta última cifra son los más inequitativos.
A nivel global, la organización sostuvo que mientras los ingresos del 10% más rico de la población se recuperaron rápidamente tras la crisis, los del 10% más pobre apenas han crecido.
La media de la Ocde se situó en 2014 en 0,318, una milésima más que en 2007 (0,317), y la cifra más alta desde mediados de los 80.
Por otro lado, apuntó que en los países desarrollados entre 2007 y 2010 la renta real media de los hogares reculó una media del 2,1%, con una caída más marcada en los más pobres (-5,3 %) que entre los más favorecidos (-3,6 %).
Desde entonces, la mayor recuperación en los ingresos más elevados (+2,3 %) y la débil mejora en los otros (+1,3) ha aguzado las desigualdades.
El organismo detalla que en 2013 y 2014 las rentas más bajas siguieron por debajo de sus niveles de antes de la crisis, mientras que los más altos y los medios recuperaron gran parte del terreno perdido.
La Ocde precisó que aunque el subempleo y el desempleo generado por la crisis comienzan a «reabsorberse», la desocupación de larga duración sigue siendo alto, especialmente en categorías como la de los jóvenes poco cualificados.
La crisis, a su juicio, ha afectado no solo al número de empleos, sino a su calidad, «incluso en los países donde la situación laboral ha mejorado, la mala calidad de los empleos (…) supone una carga importante sobre los hogares», sostuvo.
DP/PCP