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Autoridades y parlamentarios bolivianos reaccionaron ayer a la renuncia del agente de Chile ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) José Miguel Insulza, enfrascado ahora en la competencia presidencial.
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El procurador general del Estado de Bolivia, Héctor Arce, sostuvo que la dimisión «no es una señal de estabilidad jurídica, de estabilidad en la conducción de un tema importante para cualquier país».
Según el alto funcionario, Insulza «no ha tenido mayores actitudes o actividades relevantes» en cuanto a la demanda marítima. A su juicio, el «vocero contestario» siempre fue el canciller Heraldo Muñoz.
En tanto, el presidente del Senado boliviano, el oficialista José Alberto Gonzales, consideró que la renuncia del también ex secretario general de la OEA mostraría que en Chile «no se están tomando muy en serio» la controversia ante la CIJ.
«Yo presumía que la defensa de los intereses chilenos era muy importante, pero a veces la política, la ambición de poder de algunos políticos hace que incluso traicionen las causas del Estado, las causas nacionales para un beneficio personal», señaló el parlamentario.
Agregó que ese «ya es un problema de los chilenos» porque Bolivia está más pendiente de lo que defina el tribunal internacional.