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Pablo Contreras Pérez
La cifra a primera vista es positiva. La tasa de desocupación en el trimestre agosto-octubre cayó 0,4% y se ubicó en 6,4%, subiendo levemente un 0,1% respecto del mismo lapso de 2015.
Las autoridades han destacado desde siempre el cómo el desempleo ha enfrentado el periodo de desaceleración económica que vive nuestra economía desde hace más de dos años. Sin embargo, al mirar más detenidamente el informe el INE, hay indicadores que muestran que la situación laboral no estaría en tan buen pie como lo mostraría el dato general.
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Uno de los ejemplos más claros es el incremento de las personas ocupadas por Cuenta Propia, es decir que lo hacen de manera independiente, que sube un 7% en doce meses. En paralelo, la cantidad de asalariados tuvo una variación nula.
Otro antecedente que da cuenta del escenario actual es que los asalariados que poseen un acuerdo de palabra registraron un aumento del 2,7%, mientras quienes tienen un contrato escrito cayó un 0,4%.
En tanto, en relación a las horas habitualmente trabajadas a la semana, en doce meses, el tramo de 1-30 horas fue el que más incidió en el alza de los Ocupados (7,6%), situación que se observa por cuarto período consecutivo. De hecho, los que están trabajando a tiempo parcial involuntario tuvieron un alza de 6,2% en un año.
Ante estos datos, Juan Bravo, economista y asesor senior de Clapes UC explica que dada las características de esta encuesta, «efectivamente este indicador no da cuenta de la calidad del empleo».
En ese sentido apunta a que «los nuevos empleos se explican fundamentalmente por la cuenta propia», y lo hacen debido a «la falta de oportunidades de obtener un empleo asalariado». En ese sentido, sostiene que «el que tiene que salir a cantar al metro, a vender sandwich o jugos a la calle porque no ha encontrado un trabajo mejor, no siente que el mercado laboral esté funcionando fantástico».
Coincidiendo con ese análisis, Víctor Martínez, profesor e Investigador de la Facultad de Economía y Negocios Universidad del Desarrollo (UDD), explica que esto es sólo reflejo del bajo crecimiento de la economía chilena, que ha tenido como consecuencia «el deterioro en la calidad del empleo, más que en el nivel de empleo».
En ese sentido, el que hayan aumentado los contratos de palabra «muestra como el crecimiento ha traído empleos más precarios, con menos protección y más vulnerables ante futuros shocks económicos».
Esta calidad del tipo de trabajo que se están generando tiene consecuencias tanto personales como para la economía en su conjunto. «Los empleos por cuenta propia en promedio tienen un ingreso cercano al 50% de un asalariado. Por lo tanto, este cambio de composición en la creación de empleo significa una merma importante en los ingresos y en la capacidad de compra. Esto explica en parte porque a nivel macroeconómico el consumo privado siga desacelerado a pesar de que la estadística de la tasa de desempleo no sea tan alta», explica Bravo.
Martínez alerta además que una economía que entrega malos trabajos, lo hace sin cotizaciones por ejemplo, lo «que impacta la capacidad de ahorro para la pensión, los seguros de salud, etc. Esto implica un sistema de salud pública más presionado, y pensiones en el futuro más bajas«.
Perspectivas futuras no muestran una mejora
A juicio de ambos especialistas, las expectativas que entrega la economía hoy por hoy no permiten que los pronósticos para el empleo sean muy positivas.
Según el académico de la UDD, «las proyecciones económicas no muestran mejoras sustantivas, así que lo más probable es que la calidad del empleo no mejore el próximo año». Y pese a la mayor creación de trabajo que se pueda generar durante el periodo entre las fiestas de fin de año y el verano, esto es cíclico, pero «como lo vimos antes, no quiere decir que las condiciones mejoren», subraya.
Similar postura tiene el economista de Clapes UC, quien recalca que debido a que el crecimiento seguirá siendo bajo, «se seguirá viendo mucho empleo por cuenta propia, en formas de trabajo con desempleo parcial, como el subempleo por insuficiencia de horas y subempleo por competencias», por ello apunta a que se hace necesario «monitorear no sólo la tasa de desempleo, sino la creación de empleo y su composición«
Tasa de desocupación baja al 6,4% en trimestre agosto – octubre