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Trump se arriesga a crisis con China al hablar con presidenta de Taiwán

El presidente electo Donald Trump rompió décadas de cauta política estadounidense este viernes al hablar con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, a riesgo de provocar una seria controversia con China.

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«Durante la conversación, ellos mencionaron los estrechos lazos económicos, políticos y de seguridad» entre Taiwán y Estados Unidos, indicó el equipo de transición de Trump en una minuta del diálogo.

«El presidente electo Trump también congratuló a la presidenta Tsai por convertirse en presidenta de Taiwán este año», agregó.

No quedó inmediatamente claro qué parte inició la conversación telefónica, una de las varias que Trump ha estado realizando con líderes extranjeros desde su victoria electoral, ni si ella marca un cambio en la política.

Sin embargo, la Casa Blanca reaccionó de inmediato, reafirmando la política estadounidense que reconoce a Pekín como único gobierno de «Una China».

«No hay cambio en nuestra política de larga data en los asuntos» de China y Taiwán, dijo la portavoz de seguridad nacional Emily Horne a la AFP.

«Nos mantenemos firmemente comprometidos con nuestra política de ‘Una China’ basada en los Comunicados Conjuntos y en la Ley de Relaciones con Taiwán. Nuestro interés fundamental está en relaciones pacíficas y estables entre ambas orillas del estrecho» de Formosa o Taiwán, que separa a China de la isla, añadió.

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Trump defendió poco después, en una serie de ‘tuits’, su decisión de romper con décadas de precedentes diplomáticos norteamericanos al hablar con la presidenta de Taiwán.

«La presidenta de Taiwán ME LLAMÓ hoy para desearme congratulaciones por ganar la Presidencia. ¡Gracias!», escribió Trump en un primer ‘tuit’.

Una hora después hizo una segunda publicación: «Interesa cómo EEUU vende a Taiwán miles de millones de dólares en equipos militares pero no puedo aceptar una llamada congratulatoria».

China considera a Taiwán como parte de su propio territorio y aguarda una reunificación bajo el gobierno de Pekín, y cualquier movimiento de Estados Unidos que implique un apoyo a su independencia puede causar una grave ofensa.

Pekín reaccionó diciendo que la conversación no puede cambiar el consenso internacional sobre «una sola China».

«No es más que una baja maniobra urdida por Taiwán, que sencillamente no puede cambiar el marco de una sola China ya integrado por la comunidad internacional», dijo el canciller chino Wang Yi al canal de Hong Kong Phoenix TV.

 «No creo que cambie la política adoptada desde hace años por Estados Unidos», añadió.

Washington cortó relaciones diplomáticas con la isla en 1979 y reconoce a Pekín como el único gobierno de «Una China», aunque mantiene amistosos lazos no oficiales con Taipei.

– Agradecimiento –

Trump había retornado el viernes a Nueva York para continuar conformando su equipo de gobierno, luego que sus abogados realizaran una serie de acciones para frenar el recuento de votos de las elecciones en tres estados clave del «cinturón industrial».  

Los abogados pretenden detener la revisión de los comicios solicitada por la candidata presidencial del partido Verde, Jill Stein, respaldada luego por la demócrata Hillary Clinton, en Wisconsin, Michigan y Pensilvania.

La zona manufacturera del «cinturón industrial» (Rust Belt, en inglés) –que en el pasado reciente estuvo bajo control demócrata- fue fundamental para la victoria de Trump en las elecciones del 8 de noviembre.

Trump eligió a la ciudad de Cincinnati, en Ohio, uno de los estados que componen esa región, para iniciar el jueves una gira de «agradecimiento» por su elección, que lo llevará la semana próxima a Carolina del Norte e Iowa.

El presidente electo aprovechó la gira para adelantar que nominaría al general retirado James Mattis como nuevo secretario de Defensa, pero mantiene a todos especulando sobre sus próximos pasos.

El ex embajador de Estados Unidos ante la ONU, John Bolton, al que fuentes señalan como uno de los aspirantes al cargo de secretario de Estado, es uno de los que Trump recibirá en sus oficinas de Manhattan.

La decisión de elegir a Mattis fue bien recibida por aliados republicanos y opositores demócratas, aunque genera una situación inusual en un país con tradición de control civil sobre los militares.

Mattis es un militar retirado del Cuerpo de Marines conocido por el apodo de «Mad Dog» (Perro Rabioso) a raíz de su feroz retórica desde que condujo las tropas estadounidenses en Irak y Afganistán.

– Contactos inusuales –

Aunque por momentos parezca sorprendido por el poder y la influencia que ahora tiene en sus manos, Trump claramente está disfrutando del proceso de construir su equipo de gobierno.

El ex candidato presidencial republicano Mitt Romney llegó a decir durante la campaña que Trump era un «charlatán» y un «fraude», aunque ahora aspira a conseguir el puesto de secretario de Estado.

Tras la segunda reunión mantenida entre ambos, Trump comentó en la red Twitter que Romney fue «muy elegante» y que hubo «realmente buena química» en el encuentro.

Romney, un multimillonario con influencia en el partido, disputa ese cargo con el legislador Bob Corker (presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado) y el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani.

 

PUB/IAM

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