Unos 50 millones de italianos están llamados este domingo a las urnas para votar una controvertida reforma constitucional cuyo resultado podría forzar la renuncia del primer ministro Matteo Renzi y afectar la estabilidad económica de la Unión Europea.
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La votación se ha convertido en un plebiscito sobre Renzi, en el poder desde 2014, quien decidió someter a referéndum los cambios que propone de la Constitución, entre ellos una drástica reducción de los poderes del Senado con el fin de facilitar la gobernabilidad y acelerar el proceso legislativo.
Los colegios electorales abrieron a las 7H00 (6H00 GMT) y cerrarán a las 23H00 (22H00 GMT).
Las primeras estimaciones a pie de urna se conocerán poco después del cierre, seguidas por los resultados oficiales a lo largo de la noche.
El referéndum propone en sustancia el fin del sistema parlamentario hasta hora en vigor y reducir el número de escaños del Senado, de 300 a unos 100.
La incertidumbre por el resultado genera nerviosismo en toda Europa y sobre todo en los mercados, que temen un nuevo periodo de inestabilidad en la tercera economía de la eurozona.
La mayoría de la clase política, desde la extrema izquierda hasta la extrema derecha, e incluso críticos de la propia formación de Renzi, el Partido Democrático (PD), se oponen a una reforma que, según ellos, otorga demasiado poder al jefe de gobierno.
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El primer ministro, que no ha perdido ocasión para defender la reforma en todos los medios de comunicación posibles, la considera un «paso histórico» para modernizar Italia y acelerar la actividad legislativa.
La campaña para la reforma se radicalizó en los últimos días y se profirieron insultos desde todos los lados.
– Grillo contra Renzi –
El líder carismático de la formación populista Movimiento Cinco Estrellas (M5S), el cómico Beppe Grillo, se convirtió en el portavoz de aquellos que se oponen a la reforma y en el rival directo de Renzi.
Con un lenguaje directo, llegó a tildar a Renzi de «cerda herida» y tras pedir a los italianos que voten «con las tripas», advirtió de que pedirá elecciones anticipadas en caso de victoria del «no».
«Se gane o se pierda, da lo mismo, el país está partido por la mitad», concluyó con inusual tono afligido Grillo.
La reforma de Renzi ha desatado también importantes críticas de prestigiosos intelectuales y expertos en la Constitución, quienes consideran las nuevas medidas «un retroceso democrático», de corte «autoritario».
«Si gana el ‘sí’, habrá dictadura y será mejor irse del país», advirtió el ex primer ministro Silvio Berlusconi (centroderecha), quien regresó inesperadamente al ruedo de la política pese a sus 80 años y a su delicado estado de salud.
Los últimos sondeos publicados hace dos semanas -en Italia están prohibidos en los 15 días anteriores a los comicios- daban entre 5 y 8 puntos de ventaja al «no», pero muchos electores aún estaban indecisos sobre su voto.
Más de cuatro millones de italianos residentes en el extranjero, entre ellos 650.000 en Argentina, tuvieron de plazo hasta el jueves para votar y su papeleta podría ser decisiva si el resultado es muy cerrado.
En un último mitin de campaña el viernes en Florencia, la ciudad de la que fue alcalde, Renzi instó a sus partidarios a convencer a los indecisos.
– ‘Más poderes’ –
Muchos votantes rechazan el método con el que Renzi quiere reformar la Carta Magna, un texto que muchos consideran sagrado, redactado en 1948, tras la Segunda Guerra Mundial y los veinte años de gobierno fascista, y que tuvo como objetivo evitar el surgimiento de otro dictador como Benito Mussolini.
«Voté un ‘no’ claro», declaró a la AFP Fernando Angelaccio, de 77 años, en Roma. «La Constitución no se toca. Renzi sólo quiere más poderes, su prioridad es salvar a los bancos, no a los jubilados», añadió.
Antonio, de 84 años, votó en cambio entusiasmado por el «sí»: «Hace 40 años que esperamos una reforma y nadie hizo nada. Necesitamos un gobierno que tenga suficientes votos, que pueda durar cinco años, sólo después cambiaremos».
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