Comenzó el proceso de Admisión 2017 y las universidades, institutos técnicos y profesionales, iniciaron la captación de nuevos alumnos, entregando información sobre cuáles son los requisitos que solicitan para ingresar a cada una de sus carreras con matrícula abierta. Cada año son más las universidades que no solicitan un puntaje específico en la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y toman más en consideración la trayectoria de rendimiento académico del alumno en el colegio. La PSU está perdiendo terreno. ¿Por qué?
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Según el informe Pearson, la PSU posee una gran cantidad de sesgos, reproduciendo claramente los problemas de la educación chilena, como la centralización, ya que los alumnos de la Región Metropolitana sacan mejores puntajes que los del resto del país; la dependencia educacional, ya que el resultado está vinculado a si el alumno proviene de un colegio particular, subvencionado o público, y excluye a los liceos técnicos; y refleja la discriminación socioeconómica, pues existe una correlación positiva entre los ingresos y el puntaje obtenido, entre otros aspectos.
“El actual sistema de admisión para ingresar a las universidades otorga un excesivo protagonismo a los puntajes PSU, prueba que presenta sesgos de género y socioeconómicos, y que está hecha a la medida de la enseñanza científico humanista, excluyendo a estudiantes de liceos técnicos, quienes obtienen menores puntajes, desincentivando que accedan a carreras universitarias”, apunta el director de Admisión y Matrícula de la Universidad del Pacífico, Miguel Martínez.
De hecho, el Ministerio de Educación y el Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional (Demre) han tomado acciones que van en la línea de dar más relevancia al rendimiento académico durante la enseñanza media. En 2012, el Cruch incorporó el puntaje ranking como un factor más de selección para ingreso a las universidades del Consejo de Rectores y privadas adscritas al Sistema, lo que según un estudio del Demre generó un impacto positivo a todo nivel, sobre todo en las estudiantes de género femenino.
“Estudios y el Proyecto de Ley de la Reforma Educacional indican que para que los jóvenes puedan ingresar a la educación superior se deben considerar nuevos instrumentos de selección, como el ranking de notas o el promedio de notas de enseñanza media, que permitan corregir los sesgos que tienen las pruebas utilizadas hoy, pero manteniendo la autonomía de las instituciones en la selección de los instrumentos a utilizar según sus carreras y particularidades”, asegura Martínez.
Expertos coinciden en que la PSU no mide logros académicos ni habilidades o aptitudes para entrar a una institución, y tampoco asegura que el alumno se mantenga y termine sus estudios. Por el contrario, un buen rendimiento académico escolar predice, en la gran mayoría de los casos, buenas trayectorias universitarias.