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Este jueves, y a los pies de la imagen de la Virgen María ubicada en el Santuario del cerro San Cristóbal, el arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati, llamó a los miles de fieles peregrinos a no permitir “que nuestra ciudad y país vivan en desunión, competencia y falta de solidaridad”, solicitando especialmente no mirar a los migrantes como competidores.
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Esto, en el marco de la tradicional fiesta de la Inmaculada Concepción, instancia donde cerca de 100 mil creyentes de Santiago y otros puntos del país, peregrinaron desde la madrugada al santuario del cerro para pedir a la Virgen la intercesión a sus necesidades y proyectos.
En su homilía el obispo de Santiago señaló que “hoy la página de la historia de la sagrada Biblia la podemos ver en nuestras propias relaciones. Nos miramos los unos a los otros buscando lo que nos divide, que uno sea superior al otro o buscando tener la última palabra”.
Interpelando luego a los asistentes que “miramos a nuestros vecinos, especialmente a los más pobres y necesitados, como alguien que viene a impedir el desarrollo y progreso de una ciudad”.
“Miramos a los migrantes como competidores del desarrollo y tratamos de mirarlos siempre con desprecio o desconfianza. Cuando Dios no está presente en nuestra historia, lastimosamente la historia de la humanidad se vuelve una historia de guerras, divisiones, egoísmos y falta de solidaridad. Aprendamos de Dios, de su amor, a construir comunión con Él”, agregó.
Por ello el arzobispo instó a que “no permitamos que nuestra ciudad y nuestro país vivan en la desunión, en la competencia y en la falta de solidaridad. Seamos constructores de unidad. Hoy simbólicamente desde el Cerro San Cristóbal, la Virgen María nos está animando a que sí es posible vencer la división, el odio y la indiferencia, y sí es posible construir la solidaridad, construir una ciudad unida, una ciudad de hermanos”.
Por su parte, el padre Carlos Godoy, rector del Santuario del Cerro San Cristóbal, vinculó el llamado del arzobispo con el llamado del Papa, que “hace poco finalizó el Año de la Misericordia, convocado por el Papa Francisco y no hay que olvidarse que él mismo en su carta conclusiva del Jubileo, nos recuerda que la misericordia es una actitud permanente. Entonces la idea es contemplar, mirar a la Santísima Virgen María como una figura de la misericordia importante”.
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“El Santo Padre declaró que este año se va a tener una especial atención a los más pobres. La imagen de la Virgen que está en la cumbre está mirando al cielo, comunicándose con el Señor, pero con la mano derecha mostrando la ciudad. Es invocar al cielo, pero no olvidarnos que María nos invita a que es en la ciudad donde están los que más sufren, los más pobres y donde se concreta el rostro de Dios”, indicó Godoy.
PUB/CF