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¿Qué pasa ahora en Italia tras la dimisión de Renzi?

Tras la renuncia del primer ministro Italia se sume en una incertidumbre política que ya alberga algunos posibles escenarios

Presidente italiano inicia este jueves la ronda de consultas para formar un nuevo gobierno

Matteo Renzi, comenzó su andadura en el poder en febrero de 2014 y este miércoles presentó su dimisión, tras salir derrotado en el referéndum de reforma constitucional del pasado domingo.

La reforma de Renzi pretendía modificar 47 de los 139 artículos de la Constitución de 1948 para reducir el papel del Senado  y buscaba reforzar la figura del primer ministro, dotando a la república italiana de un marcado carácter ejecutivo. Un cesarismo que muchos interpretaron como contrario al espíritu antifascista de la Constitución de 1948.

Los resultados de la consulta se han presentado como un plebiscito con un planteamiento sencillo, más allá de las reformas: “Renzi sí o Renzi no”:  “El primer ministro italiano logró unificar en el rechazo, no solo a quiénes querían verlo caer sino también a aquellos que se oponían a la reforma constitucional por razones más técnicas, entre los que se encuentran incluso proUE. Sin embargo, al personalizar la campaña,  dio lugar a que se transformara en un plebiscito a su gestión, lo que dio luz verde para que partidos populistas, anti élite, anti euro, anti UE, aprovecharan la oportunidad de darle su propia interpretación de la consulta y así hoy reivindicar como propio el resultado”, explica Paulina Astroza, especialista en Relaciones Internacionales y política europea.

Vuelta a la inestabilidad permanente

Italia se sumió así en la incertidumbre, pero esto no es ninguna novedad en su historia política,  pues con 63 gobiernos en los 70 años transcurridos desde el final de la Segunda Guerra, el país vive en una permanente inestabilidad política.

“Hay un profundo  malestar en Italia contra la clase política y los partidos tradicionales, a los que culpan por la situación económica en la que se encuentra el país,  con una deuda pública que representa un 133% de su PIB, alto desempleo, en especial para los jóvenes, recortes a todo nivel, que incluye a las universidades, pérdida de competitividad, menores exportaciones, pérdida de derechos sociales, precarización del empleo, a lo que se suma la presión migratoria que vive el país desde hace años”, manifiesta Astroza.

Todos los partidos están ya trazando sus estrategias en un clima de evidentes aguas revueltas que anuncian  una Italia sumida en tiempos de cambios  que bien pudieran insertarse como  analogía de  la célebre frase del Gatopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa: De lo que se trata es de “cambiar todo para que todo siga igual”.

 
Posibles escenarios

Con la dimisión de Renzi,  como todo sistema parlamentario corresponde al Presidente italiano, Sergio Mattarella,  conducir a la salida, quien inició ayer los contactos con los partidos para buscar un nuevo gobierno.
Los posibles escenarios son varios: formar un gobierno de unidad nacional, una “reinvestidura” de Renzi o un gobierno de transición liderado por una nueva cara.

“Para esto tendrá que negociar con los grupos parlamentarios hasta tener una mayoría que lo apoye. La otra alternativa es que disuelva ambas cámaras (de Diputados y Senado) y llame a nuevas elecciones generales y de ahí que surja un nuevo gobierno. El problema con esta última opción es que la nueva ley electoral solo se aplica a la Cámara de Diputados ya que en la reforma de Renzi el Senado dejaba de ser elegido popularmente de forma directa. Así, tienen un problema jurídico mayor que también deben solucionar para poder llamar a elecciones”, esclarece Astroza.

<<La pregunta clave ahora es qué sucederá si Italia celebrará elecciones anticipadas, como exigen los grandes enemigos de Renzi, el Movimiento 5 Estrellas  que lidera Beppe Grillo y el partido xenófobo Liga Norte.

Europa tiembla

La resaca del referéndum del pasado domingo presenta un cuadro de incertidumbre para la UE. Según Astroza, a pesar que la UE ha tratado de poner paños fríos a la situación y desmarcarse de lo ocurrido con el rechazo a la reforma constitucional, lo cierto es que puede afectarle desde varios puntos.  En lo político, Italia aparece como un nuevo ejemplo  de que los populismos están ganando adeptos y logrando incluso derribar gobiernos (como en Reino Unido). El efecto contagio es claro y los partidos afines en otros países que tienen elecciones pronto se sienten envalentonados con estos resultados. No es raro que Marine Le Pene en Francia o Gert Wilders en Países Bajos hayan inmediatamente celebrado el triunfo del no, recalca Astroza. En definitiva: “Italia es un país demasiado importante para dejarlo caer, pero demasiado grande para rescatarlo. Una caída de Italia, país fundador de la UE, implicaría un desastre para la UE”, concluye.

 

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