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Es difícil encontrar a alguien que no tenga una tarjeta de crédito en la actualidad. Hay de todos los tipos, no sólo de bancos, sino también de supermercados y farmacias, entre otros.
En diciembre estos plásticos cobran especial importancia, ya que la cantidad de gastos crece de manera exponencial por las fiestas de Navidad y año nuevo, además de las compras escolares adelantadas y los primeros cobros de las vacaciones.
«Para las personas que ganan poco salario la única forma de cumplir con necesidades básicas o estilo de vida es el endeudamiento», apunta Arturo Farías, jefe de carrera de Contador Público y Auditor de la Universidad del Pacífico.
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De hecho, según la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras de Chile (Abif), el número de tarjetas de crédito bancarias vigentes, excluyendo las tarjetas de carteras adquiridas desde casas comerciales, se está acercando a los 7 millones de unidades. Además, la institución asegura que el dinero plástico bancario es usado con alguna frecuencia por el 23% de los hogares, mientras que el no bancario (emitidas principalmente por casas comerciales y supermercados) es usado por el 53% de los hogares.
Por su uso extendido, el experto hace énfasis en una serie de puntos que hay que tener en cuenta para utilizar la tarjeta de crédito de manera cuidadosa:
1. Revisa los costos asociados: hay que analizar cómo está estructurada la tarjeta, es decir, revisar el costo de mantención, los seguros asociados como el de desgravamen y, a veces, el de cesantía que algunas también incluyen. Estos cobros se efectuarán todos los meses y hay que tenerlos en cuenta.
2. Ojo con el cupo: lo mejor es tener una tarjeta de crédito con un cupo que permita poder utilizarlo sólo en lo necesario. Esto también se aconseja por un tema de control de gastos, ya que el hecho de tener varias tarjetas, en la práctica significa que la persona tiene un mayor cupo disponible y debe hacerse la pregunta: «¿seré capaz de responder a todas estas obligaciones?». El endeudamiento es súper fácil, ya que las líneas están aprobadas.
Asimismo, tener mucho cupo disponible en diferentes tarjetas de crédito podría traer problemas, ya que cuando se elabora un informe de la Superintendencia de Bancos se muestra cuál es tu deuda ‘real’ y la ‘potencial’. Por ejemplo, si una persona debe dos millones de pesos, pero tiene un cupo de cinco, en la práctica ella puede disponer de los otros tres sin necesidad de pedir autorización. Bajo ese punto de vista, el banco o cualquier institución financiera va poniendo un cierto grado de riesgo por esa situación, ya que sin que el banco lo sepa la persona puede hacer uso de ese dinero.
3. Cuidado con las cuotas: la regla de oro es que la duración de la deuda por adquirir un bien esté en directa relación al tiempo en que ese bien se utilizará. Si uno se compra algo que va a durar un año, como por ejemplo un celular, la persona podría pagarlo sin problemas en 12 meses; pero si se compra un bien que se va a acabar al instante (como la comida), no es recomendable pagarlo en doce cuotas.
Por otro lado, en la práctica y por un tema de costos, es mejor preferir cuotas sin intereses, porque se está pagado el bien en sí y no intereses, pero también hay que tener en cuenta que al usar las cuotas se deberá pagar la mantención de la tarjeta durante todos los meses.
4. Fíjate en el interés rotativo: el interés rotativo es aquel que se aplica en el caso de que la persona no pague una cuota en el plazo establecido. Por ello, es un punto muy importante a considerar, ya que allí es donde las tarjetas comienzan a ganar dinero. Muchas veces el interés rotativo es el triple del interés que cobran mensualmente.
5. La línea de crédito vs. la tarjeta de crédito: la primera es un crédito que se cobrará por el periodo de tiempo que se utilice, ya sea uno, dos, tres días, dos meses o más. Se ocupa para cosas urgentes y/o imprevistos, porque hay interés en cada día que se ocupa. Por eso, cuando se quiere comprar algo y se tiene la capacidad y el tiempo para planificarlo, se debe preferir usar la tarjeta de crédito.
6. Aprovecha los beneficios con responsabilidad: hoy el uso de las tarjetas de crédito está asociado a una serie de beneficios con el objeto de captar clientes. Es importante aprovecharlos, ya sean puntos, kilómetros, etc., pero no hay que fijarse tanto en eso, sino que prestar atención a la tasa de interés o al costo de mantención de esa tarjeta, por ejemplo. Al mismo tiempo, es mejor trabajar sólo con una tarjeta, que da ciertos beneficios, para ordenarse y juntar más puntos, kilómetros, etc.
DP/PCP
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