Economía

32 mil colmenas de abejas mueren cada año en la Región del Maule

 

 

Actualmente, 32 mil colmenas se pierden anualmente en la Sexta Región, lo que corresponde en promedio, al 40% del total de la población. Esto, representa una cifra cercana a los 5 millones de dólares, considerando que cada colmena está avaluada en cerca de 100 mil pesos.

 

«Si Chile quiere llegar a ser potencia agroalimentaria necesita a las abejas. Éstas son un factor fundamental en el rendimiento de cultivos y semillas. El 75% depende de la polinización de la abeja de la miel», explica Patricia Aldea, médico veterinaria del Centro para el Emprendimiento Apícola de la Universidad Mayor (Ceapimayor).

 

En esa misma línea, el centro busca evitar la pérdida de cerca de tres mil colmenas de abejas productoras de miel, que equivale a cerca de medio millón de dólares anuales, en la zona mencionada.

 

Para contrarrestar esta situación, iniciaron un trabajo con 170 apicultores y, de forma indirecta, con más de 500, pertenecientes a las comunas de la Región.

 

Entre ellos, destacan los apicultores y sus Programas de Desarrollo Comunal (Prodesales) más activos de las comunas de Codegua, San Fernando, Litueche, Las Cabras y Santa Cruz, donde cada productor tiene en promedio cerca 80 colmenas, con el objeto de que, al cabo de los 3 años que dura el plan (iniciado en 2015), sus pérdidas de colmenas se reduzca a la mitad, del 40 al 20 por ciento. Esto significa la sobrevida de unas tres mil colmenas.

 

«Tenemos actividades con apicultores que pertenecen al sector de la agricultura familiar campesina, donde reciben capacitaciones, asesorías, seguimiento, y equipos e insumos para reducir brechas tecnológicas, de diagnóstico sanitario, nuevas técnicas para manejo sanitario, etc», explica la profesional.

 

Agrega que durante octubre, noviembre y diciembre de este año, ellos están recibiendo un fortalecimiento productivo con capacitaciones, para que sean capaces de hacer sus propios diagnósticos sanitarios de las abejas. «La Universidad junto con el Gobierno Regional a través del Fondo para la Innovación y Competitividad (FIC), les entregó a cinco municipalidades que agrupan al mayor número de los apicultores de la Sexta Región, un microscopio, una lupa y todos los insumos necesarios para hacer los diagnósticos».

 

Desde el año pasado, los agricultores han recibido entrenamiento en tareas que van desde la toma de muestras, hasta el diagnóstico de sus abejas, lo que les permite ser autónomos. «Los hacemos independientes, y si tienen dudas nosotros los vamos a ver y ayudamos a organizar tomas de muestras o sus análisis e interpretaciones. Ellos procesan todo solos y nosotros chequeamos que lo hagan bien, ayudando además a interpretar resultados en el microscopio», comenta la veterinaria. Gracias a este programa, los beneficiarios obtienen un certificado de diagnóstico de enfermedades, y recomendaciones del tratamiento que deben realizar.

 

Según la especialista, «fácilmente, se ha reducido el 30% de colmenas para servicios de polinización en la agricultura y esto se traduce en mayor demanda de colmenas polinizadoras y de buena calidad».

 

Esto, a su juicio, requiere la profesionalización para responder a los cambios climáticos, biológicos, culturales, políticos. «Porque las transformaciones de uso de suelo afectan mucho. La miel es producida gracias al bosque nativo y si se declara de uso agrícola o urbano lo que antes era bosque nativo o pradera, que usaban las abejas para alimentarse, nos pone en serios problemas».

 

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