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A inicios de mes Maduro, lanzó un ejército de fiscales y militares para imponer rebajas en más de 200 tiendas de ropa, zapatos y accesorios de Caracas, donde asegura que sus dueños habían aumentando los precios entre 300 y 500%.
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Y el pasado viernes decomisó 3,8 millones de juguetes a una distribuidora de juguetes Kreisel a la que acusó de acaparamiento y de sobreprecios de hasta 34.000%, para distribuirlos a precios subsidiados.
«Nuestro presidente obrero nos ordenó garantizar los precios justos al pueblo y estamos cumpliendo. Estos sicarios económicos no podrán quitarnos unas Navidades felices», lanzó William Contreras, jefe de la Superintendencia Nacional para Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), durante un operativo.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo este domingo que tras la intervención a la distribuidora de juguetes Kreisel y la incautación de unos cuatro millones de objetos lúdicos hay que dar un nuevo «paso» y consideró pertinente fundar en sus instalaciones una fábrica juguetera administrada por el «pueblo».
«¿Qué va a pasar con esta empresa? Al gabinete económico se lo dejo, al buró político se lo dejo, este gran capital, tiene 200 tiendas, los dueños salieron huyendo del país, cometieron graves delitos en el país. ¿Qué va a pasar?», se preguntó el presidente en su programa «En contacto con Maduro».
El gobernante consideró que «es una buena idea» fundar con los artesanos jugueteros venezolanos «una empresa de producción y distribución de juguetes nacionales con el apoyo de tecnología internacional china».
El superintendente de Precios de Justos, William Contreras, que se ha encargado personalmente de las intervenciones y decomisos, propuso que uno de los principales almacenes de la empresa, ubicado en las afueras de Caracas, se convierta en la fábrica de juguetes.
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«Yo recomendaría como primer paso la ocupación temporal de esta empresa con todos sus activos y acto seguido entregarle esto al pueblo organizado para la producción de juguetes hechos en Venezuela», dijo Contreras una propuesta que recibió el visto bueno de Maduro.
Los cuatro millones de juguetes incautados serán distribuidos por los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) un sistema creado por el Gobierno a principios de año para vender los alimentos escasos en las zonas populares del país.
«Yo había anunciado que teníamos listos los juguetes para nuestros niños y en estas batallas de estos días de repente me llama un día William Contreras, director de Sundde (Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos) y me dice: ‘Mire presidente lo que estoy encontrando aquí'», dijo Maduro.
El presidente se refirió así a los juguetes incautados entre el viernes y el sábado que ahora serán distribuidos por el gobierno «a los niños de las comunidades, de los barrios».
Dijo que gracias a este operativo «vino un repuesto del Niño Jesús (…) y los Reyes», un «San Nicolás sin barba, San Nicolás con bigote».
La intervención a Kreisel se inició el viernes pasado y días antes ya se habían producido intervenciones a comercios de ropa y calzado a los que se les exigió una bajada de los precios hasta en 50 %.
No es la primera vez que Maduro -con una baja popularidad- ordena remates de productos en temporada prenavideña.
En 2013, obligó a una cadena de electrodomésticos a aplicar descuentos de hasta 70%, desatando avalanchas de compradores compulsivos.
«Es lo que estamos viviendo en la actualidad, porque se está obligando a los comerciantes a vender por debajo de los costos. El comercio irremediablemente va a la quiebra», advierte la presidenta del gremio Consecomercio, Cipriana Ramos.
PUB/IAM