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Columna de Felipe Espinosa: Calurosa Navidad

Creo que lo más divertido e innovador que he percibido últimamente es la excelente participación de “ese” viejo pascuero alternativo utilizado en los comerciales del supermercado de color azul. Es que si de equivocados conceptos podemos hablar, no hay ninguno más equivocado que el viejo gordo y barbón abrigado en gruesas vestimentas como si nunca se hubiese alejado del Polo Norte.

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Como dice por ahí una canción, ni tan infantil, “acá no nieva nunca, acá no hay noches blancas, no hay guerras de nieve, pero hay bombas de agua”. Si la tradición del viejito viene del norte de Europa o lo inventó la Coca-Cola poco me importa, es de esas tradiciones importadas patrocinadas por el comercio de forma nefasta refugiándose en los niños, que no entienden mucho del trasfondo, sino hasta que ya descubren todo y ya los regalos no les sorprenden.

Afortunadamente, las importaciones no tradicionales son variopintas y sobre todo en el tema alimenticio se agradece. Hace poco pasé por Burger Dog, un híbrido bien logrado entre el completo y la hamburguesa. Se trata de una burger de forma cilíndrica y rellena con queso, que es servida en el clásico pan lengua, de ahí deriva el nombre del local.

La carta es simple y funciona en tres pasos: elijes el tipo de carne que quieres comer entre vacuno, pollo o chancho, luego le pones una guarnición y por último rematas con la salsa. El concepto funciona, el tamaño de la carne cumple con las expectativas del sánguche y como el relleno es sobrio, se logra comer sin dificultad en un almuerzo rápido.

El local en sí es pequeño, pero fresco, lo que se agradece por estos días. Hay alternativas a la bebida, como limonadas y cervezas, pero, hay que decirlo, lejos el mejor producto de nuestra bandeja eran las papas de la casa, grandes gajos de papa con cáscara, bien refritas, crujientes por fuera y cremosas por dentro. Se hicieron pocas entre las manos que compartíamos la mesa, además que las pedimos con un toque de paprika y romero, para elevar mucho más el sabor.

Entonces, si va a andar, como la mayoría lo hace, comprando regalos a última hora por Providencia, camine por la sombra unas cuadras hacia el sur para encontrar este regalito que nos trae esta Navidad, un producto fresco, con grandes posibilidades de ser un éxito entre los niños y grandes.

Coordenadas: Burger Dog, Luis Thayer Ojeda 95, Local 3, Providencia.

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