Economía

Industria de alimentos dice que ley de etiquetado “ha sido deficiente en sus resultados”

 

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A seis meses de la entrada en vigencia de la Ley de Etiquetado de Alimentos, la industria alimentaria ya tiene una primera evaluación

 

El presidente de AB Chile, Rodrigo Álvarez, aseguró que ha sido una norma que «si bien la industria ha cumplido cabalmente, ha sido deficiente en sus resultados».

Dicha opinión se centró en cuatro puntos, entre los que se encuentran el cumplimiento de la industria (en lo que respecta a implementación y fiscalizaciones), conocimiento de los sellos por parte de los consumidores, intención de cambio de hábitos y reformulación de productos.

«En el primer punto, podemos afirmar que la industria ha cumplido a cabalidad con la normativa. El nivel de sumarios es sumamente bajo y éstos se deben, en un principio, al cambio de criterio que tuvo el Ministerio de Salud, que dejó de lado su interpretación histórica y decidió fiscalizar en base a la fecha de comercialización y no de elaboración. Esta situación inédita fue sumamente perjudicial y confusa para las empresas», sostuvo Álvarez.

Respecto a la intención de cambio de hábitos, el presidente del gremio señaló que «es uno de los puntos más importantes a tener en cuenta, ya que esta ley nace con el objetivo prioritario de modificar los hábitos alimenticios de la población». Pese a ello, indicó que según una encuesta reciente encargada por AB Chile a Cadem arrojó que el 56% de las personas aseguran no haber dejado de comprar alimentos con sellos, mientras que seis de cada 10 chilenos dijo creer que el etiquetado no tendrá éxito en reducir la obesidad.

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A juicio del dirigente, esto demuestra que la norma «no está cumpliendo con el objetivo para el que fue creada. No está educando ni generando una cultura de alimentación más saludable».

 

Por otro lado, Álvarez puso especial énfasis en los esfuerzos que viene realizado la industria para desarrollar líneas de productos con características nutricionales específicas. «Desde hace años se vienen reformulando productos a una tasa que ronda entre el 15% y el 20% del portafolio y este es un esfuerzo que se ha mantenido inalterable desde que entró en vigencia esta ley, pero que vemos que se podría ver afectado por los límites que empezarán a regir en junio de 2018 y que, producto de lo extremos que son, serían imposibles de alcanzar para muchos productos, desde el punto de vista técnico,» explicó el presidente de AB Chile.

 

Respecto de otros problemas que han surgido durante este período de implementación, Álvarez señaló que uno de los más graves es la discrecionalidad con la que se está fiscalizando todo lo relacionado a la publicidad y propiedad intelectual. «Es imposible dar cumplimiento a una norma que no tiene un marco jurídico establecido y en el cual las autoridades pretenden fiscalizar en base a la prueba y error, teniendo incluso disparidad de criterios entre los mismos fiscalizadores», acusó.

Asimismo, el presidente del gremio de los alimentos afirmó que la comprensión del etiquetado ha sido deficiente y que se deben tomar medidas concretas para corregir este problema. «El diseño de los sellos llamó la atención de los consumidores, lo que sumado a la gran cantidad de alimentos que tienen al menos uno de ellos, ha permitido que éstos alcancen un nivel de conocimiento alto. El problema radica en que conocer no significa valorar o comprender y lo que vemos hoy día es que los consumidores no están considerando los sellos como parámetro de selección».

 

 

Propuestas de la industria

A través de AB Chile, las empresas de alimentos han presentado, en diferentes ocasiones, propuestas concretas para corregir los errores técnicos del reglamento. En esta oportunidad, Álvarez reiteró cinco medidas fundamentales: establecer límites de nutrientes por porciones; definir las porciones de los productos con criterios nutricionales; implementar un plan de reducción de nutrientes que involucre el trabajo de la industria y las autoridades; utilizar elementos positivos de información nutricional que ayuden al consumidor a discriminar positivamente entre los productos; y ejecutar campañas de educación nutricional con una mirada de largo plazo, coordinando mensajes y planes entre los diferentes actores de los sectores público y privado.

«Sin duda, los resultados de esta evaluación no pueden ser considerados como positivos. Pero, estamos seguros que podemos perfeccionarlo si trabajamos de manera coordinada con las autoridades», finalizó el presidente de AB Chile.

 

 

 

 

DP/PCP

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