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Síndrome de Cotard: Cuando la depresión te hace un muerto viviente y sientes que te pudres por dentro

Una paciente dijo que se sentía “haber sido condenada a ser una muerta en vida”. Hay casos en que dicen no tener corazón y que sus órganos no funcionan.

Los síntomas son como si alguien se convirtiera en zombi. Algunos aseguran estar muertos, otros que son inmortales, o incluso ambas creencias juntas. 

El síndrome de Cotard se manifiesta en las personas que poseen depresiones severas y comienzan a sufrir cuadros psicóticos y tienen delirios de negación, también llamado “locura por negación”: están convencidos de no tener algunos órganos del cuerpo, que no les corre sangre por las venas, que se están pudriendo por dentro. 

El Cotard, bautizado así por el neurólogo francés Jules Cotard, se caracteriza por el sentimiento nihilista extremo, llevando la existencia como algo sin sentido y que ni la muerte puede arreglar, por lo que quien lo padece se siente un cadáver o imposibilitado de morir. 

El psiquiatra y profesor de la Universidad Católica Pablo Toro afirma que no es extraño encontrarse con personas que se sientan de esta manera. “Se ve harto, es cosa de ver a alguien que esté lo suficientemente deprimido para estar delirando en relación a eso. Nosotros en el hospital general vemos unos dos casos al año, donde vemos gente con depresiones psicóticas”, dice. 

O sea, ¿no es tan raro sentirse muerto? “Esto no es más ‘freak’ que cualquier psicosis, lo que pasa es que la gente sabe poco de esto”, cuenta Toro y agrega que “la mayoría de los cuadros depresivos se tratan antes de llegar a tal nivel de gravedad”. 

El texto académico “Síndrome de Cotard: presentación de un caso” (2008) describe en primera persona el caso de una paciente colombiana: “El 20 de febrero por la noche vi que un humo me salía por la boca. Al día siguiente me miré al espejo y vi que mis ojos habían cambiado: no tenían vida. Y agrega: Me di cuenta de que ese humo era mi alma saliendo de mi cuerpo”. 

“Esto lo interpretó como un castigo por haber deseado la muerte, por haber intentado suicidarse. Desde entonces, empezó a hablar constantemente de haber sido condenada a ser una muerta en vida, un zombi por toda la eternidad. Manifestaba que su alma había sido arrebatada por algún poder sobrenatural”, agrega el escrito. 

El psicólogo Claudio Morgado, docente de la Universidad Alberto Hurtado y San Sebastián, señala que también le ha tocado ver casos de este síndrome, tanto en el hospital en el que trabaja como en su consulta, y especifica que “no se trata de personas que se consideren muertas. Es más propio señalar que pueden andar sin necesariamente sentirse vivas”. 

Morgado dice que el Cotard puede tratarse, aludiendo a que los síntomas del síndrome pueden disminuir o desaparecer, todo dependiendo el caso y el sufrimiento que posea la persona que llegue a estos niveles. 

 “La hospitalización puede ser una alternativa, principalmente para los familiares, pues muchas veces quien padece esta condición, se encuentra anestesiado, además de sentirse indigno. Digo todo esto porque es posible que alguien en este escenario no pida hospitalización ni cuidados”, indica el especialista. 

 

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