Un niño alemán de 12 años hijo de padres iraquíes fue detenido por intentar hacer estallar una bomba en el mercado de Navidad de la ciudad de Ludwigshafen, en el estado alemán de Renania-Palatinado. La Fiscalía Federal alemana ya se ha hecho cargo del caso, mientras se ha sabido que el niño tenía planeado viajar a Siria para unirse al grupo terrorista Estado Islámico, según medios locales.
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El niño, que nació y creció en la misma ciudad donde pretendió cometer el ataque, puso una bomba de clavos, de fabricación muy simple y muy usada por el EI para cometer sus ataques. La explicación la dio un portavoz de la sede de Karlsruhe de la Fiscalía Federal, donde se tramitan todos los casos de terrorismo en Alemania.
La bomba fue encontrada el pasado 5 de diciembre dentro de una mochila escondida en el follaje cercano al ayuntamiento de Ludwigshafen. La policía cerró la zona mientras especialistas trabajaban en el análisis de los componentes de fabricación del artefacto, que resultó no tener capacidad de explosión. Estaba hecha a base de productos usados en fuegos artificiales, los que son legales y de fácil acceso en el país.
Esto se suma al hallazgo del pasado 26 de noviembre de una mochila abandonada muy parecida, que fue reportada a la policía por un hombre que visitaba el mercadillo de Navidad de Ludwigshafen. Dentro había un frasco de cristal con una mezcla que incluida elementos de fabricación de fuegos artificiales y de bengalas, combinación muy explosiva pero que por fallas en la fabricación, no explotó.
El niño ha sido trasladado a un centro de menores por no tener la edad penal necesaria. Sus padres autorizaron a que fuese puesto a disposición de los servicios sociales correspondientes.
PUB/FHA