La opinión pública nacional quedó conmocionada luego del brutal asesinato del menor de 13 años Alan Peña, quien fue torturado por horas por una familia en Temuco luego que fuera acusado por la violación de una niña de 5 años, hecho que no cometió según certificó el Servicio Médico Legal.
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De acuerdo a un reportaje de La Tercera, los padres del adolescente se separaron cuando este tenía 11 años. Su madre, se fue a vivir a Viña del Mar donde comenzó a trabajar como asesora del hogar y a vivir con su nueva pareja.
En tanto, el padre quedó en Temuco viviendo junto a Alan y sus hermanos gemelos de 9 años. El progenitor empezó a tener problemas para controlar el comportamiento de su hijo mayor, quien comenzó a mostrar síntomas de Asperger. Tras escaparse de la casa en varias ocasiones, el hombre decidió que lo mejor era internar al menor la residencia Alborada del Sename.
El abuelo de Alan, Óscar Peña indicó al matutino que a su nieto «el papá lo iba a ver, le llevaba ropa, salía con él y sus hermanitos. Pero tenía esa enfermedad que no tiene filtros, quería ser libre y hacer las cosas a su manera. Era un niño inteligente que cursó hasta octavo básico, salió campeón de ajedrez, incluso le ganó a sus profesores en la escuela Manuel Montt. Ahora estaba siendo tratado por sicólogos y con medicación. El niño era libre pero feliz, cariñoso con todo el mundo”.
Fuera de la residencia, el menor también presentaba problemas. Pasó por diversos establecimientos educacionales durante su niñez. Incluso, en la Escuela Particular Estrella de Belén lo recordaban como un alumno que mostró problemas al hostigar a algunas compañeras.
En ese sentido, el Tribunal de Familia informó a la Fiscalía que el niño contaba con problemas debido a que tenía conductas sexualizadas producto de la vulneración en la que se encontraba, aunque no se lograron precisar las causas del origen de estas.
El 29 de noviembre Alan aprovechó una actividad en el centro del Sename para escapar e irse a vivir con un amigo, Víctor Chanqueo, (18) con el que vendía calendarios en la calle y quien vivía a 30 metros de Johana Mora y Pablo Morales, los padres de la menor de 5 años supuestamente violada y quienes efectuaron la brutal tortura y asesinato del adolescente de 13 años.
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Mora contó a su jefa que su hija había sido violada por el menor de edad, por lo que dudaba de entablar una acción judicial ya que por la edad del supuesto agresor, este iba a quedar en libertad. Ante esto, su empleadora la mandó de vuelta su hogar para que se quedara con su hija.
Un colega de la mujer, Abraham Bravo, decidió ir a dejarla en su automóvil, escuchando el relato de la mujer sobre lo acontecido. Al llegar, el hombre vio a la niña de 5 años acostada con un ojo morado, mientras el esposo de la mujer llegaba a contar que tenía a Alan amarrado en otra casa. Los tres partieron hacia allá, donde también se encontraba Chanqueo, el dueño de la casa.
Al entrar a la vivienda y ver el escenario, Bravo ve la brutal escena y sale del lugar para llamar a Carabineros y denunciar el hecho. En esos momentos, recibe el llamado telefónico de Mora quien le dice que «el cabro chico ya era».
Durante 12 horas Alan fue torturado, recibiendo golpes de todo tipo, incluso con un martillo. Las hipótesis indican que debido al Asperger que padecía, la víctima pudo mostrarse indiferente ante la violencia, por lo que incrementó la fiereza con la que fue atacado.
Personal de Carabineros encontró el cuerpo del menor envuelto en un cobertor debajo de la cama. En el lugar había un colchón ensangrentado, un martillo y un cinturón.
Los cuatro implicados fueron detenidos. La pareja asegura que Chanqueo ayudó en la golpiza, aunque este último lo descarta de plano. Todos quedaron en prisión preventiva a la espera de los resultados de la investigación.
Por su parte, se investiga también si existió algún tipo de conducta sexual del menor contra la niña de 5 años, aunque el Servicio Médico Legal ya descartó una violación.
Este hecho deja en parte tranquilo al abuelo de Alan, ya que “para nosotros, la impresión mejor es que el niño quedó absuelto, que no había cometido ningún delito y fue inocentemente sacrificado”.
PUB/CM